El primer semáforo eléctrico gestionaba el tráfico entre la avenida Euclid y la calle 105 Este, contaba con luces rojas y verdes e incorporaba un emisor de zumbidos, como su antecesor inglés.
Cuarenta y seis años antes de la instalación de este aparato en tierras estadounidenses, los ingleses ya experimentaban con la dualidad cromática para regular el tráfico. Fue en Londres donde tuvo lugar el primer intento conocido de controlar la circulación a base de luces. La señal estaba ubicada frente al parlamento británico.
Lo que ideó su creador, J.P. Knight, un ingeniero experto en balizas de ferrocarriles, fue un semáforo propulsado por gas, con un farol rojo y una luz verde que solamente se veían de noche, y emitía zumbidos., Este primer semáforo, el de factura inglesa, duró poco. El mecanismo explotó dos meses después de su instalación y el policía encargado de su custodia y funcionamiento falleció.