En un comunicado remitido hoy, la agencia confirma al mismo tiempo la calificación crediticia de Repsol en "BBB-", así como todas sus calificaciones de emisión de su deuda.
La agencia valora que la petrolera haya definido una serie de medidas para mejorar el perfil financiero de la compañía en su estrategia para 2012-2016, a pesar de que la mayor parte de estos objetivos aún están pendientes de ejecución.
Standard & Poor's subraya además el desempeño operativo de Repsol en su negocio internacional de upstream (exploración y producción) y señala que sus trabajos en aguas profundas seguirán siendo resistentes a la "incierta" situación macroeconómica de España.
Además, la agencia explica que la perspectiva estable refleja que la gestión en la ejecución de las medidas de reducción de deuda estarán en consonancia con las calificaciones para finales de año.
Agrega que la posición de liquidez de la empresa sigue siendo "adecuada" y el perfil de riesgo de negocio de la compañía "satisfactorio".
Sin embargo, la agencia reconoce que la exposición de Repsol a la "débil" economía española sigue siendo un factor de riesgo para las calificaciones, ya que, según sus cálculos, el 45 por ciento del capital empleado (excluyendo Gas Natural e YPF) se relaciona con el negocio de downstream (Refino y Marketing) en España.
S&P indica también que Repsol será capaz de ejecutar la mayor parte de las medidas de reducción de la deuda, de tal manera que la deuda ajustada descienda en alrededor de 7,000 millones de euros.