El directivo de la empresa internacional expresó que una vez que el país demostró crecimientos históricos en su producción en los últimos tres años y prevé fabricar 4 millones de unidades en 2018, la dinámica de la industria automotriz no se va a detener por un tratado.
"Se va ajustar y eso nos va a dar la pauta para adaptarnos al siguiente paso del modelo de negocio que se necesite”, expuso en entrevista con Notimex.
Luego de tres años de avances constantes en la fabricación de vehículos para llegar a 2017 con la cifra histórica de 3 millones 932,119 unidades, hoy el sector mantiene su estimación de 4 millones 100,000 unidades producidas para finales de 2018.
Y aunque reconoció una desaceleración en las ventas internas del sector, comentó que la industria en México se ha convertido en un mercado que tiene un dinamismo tan fuerte que "no se va a poder frenar".
Señaló que si bien la incertidumbre provoca que se pospongan las decisiones de compra-venta y se han registrado desaceleraciones a partir del último tercio de 2017, “eso no nos va a frenar. Tendría que pasar algo catastrófico para que no se diera y que el país tenga que cambiar de rumbo totalmente”.
El directivo de la consultora de la industria destacó que en los últimos 20 años México ha repuntado en el sector automotriz y hoy es el baluarte de la economía mexicana y una de las principales fuentes de ingresos.
Destacó que en caso de que las condiciones cambiaran en el TLCAN, de acuerdo con las versiones de lo que aún se negocia, el impacto sería hacia el consumidor final, principalmente en Estados Unidos.
El principal socio comercial de México en el sector es ese país y para que Estados Unidos recupere el volumen de vehículos que le envía México se tardaría unos cuatro o cinco años para empezar a producir, término en el que las condiciones cambiarían, porque “ya estamos hablando de otro presidente" en esa nación, argumentó.
Actualmente lo que va a pasar si se toman decisiones extremas, como evitar la exportación de vehículos sin arancel, es que el consumidor sea el más afectado, principalmente el de Estados Unidos, porque en la industria en México los precios son más competitivos que en otras partes del mundo, insistió.
Y desde el punto de vista de la industria y las empresas automotrices, si llega o no a haber un acuerdo al mediano plazo se verá reflejado en el incremento de precios del consumidor, como tal.
"Ahí es donde vienen los niveles de satisfacción de las marcas hacia los clientes, y las compañías tendrán otras estrategias de ventas para contener factores externos y tener a los clientes satisfechos”, puntualizó el directivo.