"Canadá no cambiará de opinión en lo que respecta a la aplicación ilegal y absolutamente injustificada de aranceles por parte de Estados Unidos sobre el acero y el aluminio, no solo de Canadá, sino también de todos los aliados del G7 que estamos aquí reunidos", dijo Freeland en una rueda de prensa en la cumbre.
Tras señalar que la medida estadounidense se justificó oficialmente como una cuestión de seguridad nacional, Freeland quiso dejar claro que "Canadá no supone una amenaza contra la seguridad nacional de Estados Unidos. Al contrario, dentro de la ley estadounidense, somos parte de la base defensiva nacional de Estados Unidos".
"Canadá ya ha presentado demandas a la OMC y al TLCAN, y tomaremos represalias", afirmó. "Lo anunciamos, sin embargo, con gran pesar".
La semana pasada, Canadá respondió a los aranceles del gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, con aranceles de represalia sobre el acero y el aluminio de Estados Unidos por valor de unos 12,800 millones de dólares y sobre otros productos. Las nuevas tarifas entran en vigor el próximo 1 de julio.
James Brander, experto en comercio internacional de la Universidad de la Columbia Británica en Vancouver, consideró muy significativos los comentarios de Freeland.
"Creo que está detallando la posición de Canadá y los pasos que ha dado y está dando", dijo a Xinhua en una entrevista.
Canadá estableció una agenda para la cumbre del G7 centrada en el empleo futuro, la igualdad de género y el progreso de la mujer, el cambio climático, la limpieza de los océanos y la construcción de la paz, entre otros temas.
Sin embargo, dijo Brander, al llevar el tema de aranceles al frente del debate en el primer día de la cumbre, Trump consiguió desmantelar la agenda planificada.
El G7 está integrado por los siete principales países industrializados: Reino Unido, Estados Unidos, Francia, Alemania, Italia, Japón y Canadá.
Fuente: Xinhua.