Una Harley-Davidson para desafiar al machismo en Egipto

Una Harley-Davidson para desafiar al machismo en Egipto

En un país en que las mujeres suelen viajar en moto como pasajeras, sentadas de lado con las piernas cerradas y agarradas a hombres que conducen por ellas, más de una veintena de mujeres con chamarra de cuero desafían al machismo de la conservadora sociedad egipcia a lomos de una Harley-Davidson.
Harley-Davidson

Para Dina Sharawy, conducir una moto era su sueño. Lo logró hace 6 años y, pese a tener entonces ya 44 años, se lo ocultó a su familia para evitar que se preocuparan.

“Era muy extraño ver a una chica motera y la gente siempre me miraba (...) pero desde hace un par de años ha cambiado, la gente está más acostumbrada a ver chicas moteras", asegura a Efe mientras conduce su Harley-Davidson a las afueras de El Cairo.

Sharawy dice que hace menos de diez años empezaron a aparecer en las carreteras egipcias las primeras Harleys conducidas por mujeres, un símbolo estadounidense identificado con la libertad y el individualismo y encumbrado en películas como "Easy Rider".

Hoy alrededor de 25 mujeres motoristas se juntan habitualmente gracias a organizaciones de motociclistas como Harley-Davidson Cairo Chapter para cabalgar a lomos de sus Harleys y motos de gran cilindrada.

"Cada viernes hacemos como rutas cortas y cada mes o cada dos semanas un viaje largo", comenta a Efe Deena Khattab, a quién le empezó a gustar esta cara afición por casualidad al subirse a la moto de un amigo.

Algunas como Salma Salem, quien a sus 33 años ha realizado dos rallys, uno en Estados Unidos y otro en Jordania con la compañía de su padre, buscan romper constantemente prejuicios.

"Es tan sólo cuestión de dejar atrás las reglas de género, porque hoy de verdad que las mujeres pueden ser cualquier cosa que ellas quieran ser”, afirma sonriente Salem sobre el manillar de su moto.

Le gusta viajar con las demás moteras pero prefiere hacerlo sola, ha recorrido la mayoría de las carreteras del país con su Harley-Davidson y, según su experiencia, hay dos tipos de egipcios: los que se ríen cuando la ven y los que la animan a continuar una afición que a ella le viene de familia.

"Todos en las áreas de descanso cuando me ven sola, no me dejan pagar; son muy hospitalarios y muy buenos, especialmente los camioneros; a ellos les gusta", explica en el área de descanso conocido entre los moteros egipcios como Bikers Code, en la carretera que va de El Cairo hasta la ciudad costera de Ain Sokhna.

También Kholoud Nagui decidió hace cuatro años comprar su moto de gran cilindrada y unirse al grupo. Desde entonces, ha viajado a varias ciudades de Egipto.

“Los camiones grandes y los autobuses, ellos nos apoyan mucho, especialmente si ellos ven que soy una chica me abren el camino; son geniales”, explica entre risas la motorista Nagui, que a sus 33 años trabaja en atención al cliente en una empresa egipcia.

El número de mujeres egipcias que se lanzan a llevar el control del manillar de una Harley-Davidson va en aumento, en una sociedad árabe dónde plantar cara al machismo no es tarea fácil.

En días señalados como el 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer, y el primer sábado de Mayo, con motivo del Día Internacional de la Mujer motorista, recorren la céntrica plaza cairota de Tahrir y otros lugares emblemáticos como las pirámides de Guiza para reivindicar la igualdad de género en el país de Oriente Medio.

Por donde pasan estas motoristas provocan miradas atónitas pero parece que los estereotipos de género van cambiando poco a poco en el país árabe y ellas no se rinden en la lucha por los derechos de la mujer.

“Esto está empezando a ir a más, cada vez hay más chicas moteras”, sentencia Khattab.

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