Tras el empate 1-1 de México contra Sudáfrica, se expresaron críticas al entrenador de la selección mexicana, Javier Aguirre, por no haber metido desde el primer momento a jugadores de la talla de Cuauhtémoc Blanco y Javier “Chicharito” Hernández.
El ánimo había caído con el primer gol que anotó el equipo anfitrión del Mundial de Futbol, tras lo cual los fanáticos criticaron severamente que México llegará varias veces a la portería contraria sin éxito.
Pero la emoción regresó a las mesas de grupos de amigos y familias que celebraron la entrada de Blanco y el “Chicharito” con aplausos y opiniones de “grandes expertos”, en las que criticaron que dejara casi al último la participación de los que consideran los mejores seleccionados.
El gol del empate se vivió con estruendosos gritos, rechiflas de felicidad y el escándalo de las cornetas y matracas que llevaban los asistentes, quienes conforme avanzó el juego pasaron de los desayunos, café y jugos, a las cervezas.
Aunque durante el juego el defensa Rafael Márquez recibió ácidos comentarios porque “ni siquiera toca el balón”, las declaraciones cambiaron en cuanto envió el balón a la portería sudafricana; fue entonces cuando volvieron los gritos de ¡“Sí se puede”! y ¡“México será el triunfador”!
Al final de la jornada el empate a unos del partido no convenció y mucho menos provocó el sentimiento de continuar con la fiesta futbolera en el Ángel de la Independencia, donde se tenía planeado festejar el tan esperado triunfo que no llegó.
El movimiento regresó a las calles cuando algunos asistentes a los restaurantes empezaron a retirarse para incorporarse a sus actividades laborales y cotidianas, mientras los menos se quedaron a seguir comentando los detalles del encuentro.
Jorge y su grupo de compañeros de la oficina, quienes obtuvieron permiso para llegar después del partido, esperan optimistas que México pueda hacer un mejor papel en los próximos encuentros y aunque ahora sólo sumó un puntos, “la esperanza muere al último”.
Sin embargo para Martha, ejecutiva de ventas que se organizó con amigas y familiares para ir a un restaurante a celebrar, la culpa es de Aguirre por no incluir desde el inicio a los “buenos”, como Blanco, porque México demostró que juega mejor que los sudafricanos pero le faltó contundencia y “los mejores seleccionados”.