Con nostalgia, la magia de los autocines permanece

Con nostalgia, la magia de los autocines permanece

Los autocines, una magia que aunque tímida permanece en varias ciudades alrededor del mundo, surgió en la década de 1930 en Estados Unidos, con su momento de mayor gloria a mitad del siglo 20.

Desde que surgió el primer autocine en 1933 en Nueva Jersey, este tipo de diversión llegó a contabilizar hasta cuatro mil establecimientos esparcidos en Estados Unidos para difundir el séptimo arte.

Pero a medida que la tecnología avanzaba, aparecía la televisión y el precio de la tierra aumentaba por el desarrollo comercial de las ciudades, los autocinemas empezaron su decadencia, aunque nostálgicos de ese formato tratan de mantener la tradición.

En varias ciudades del mundo, tanto en América como en Europa, aún existen los promotores nostálgicos de difundir películas en espacios abiertos con sus espectadores montados dentro de sus autos.

Pero en algunos casos solo se trata de recordar, como ocurrió el mes pasado en la capital española en una actividad desarrollada por el Festival al Aire Libre (Fescinal) en colaboración con la Asociación Madrileña de Autos Americanos.

Durante dos noches de junio, carros antiguos americanos se aglomeraron frente a una gran pantalla para disfrutar una película de factura estadunidense y para rememorar las escenas de cómo era ver un filme en la década de 1950 y 1960.

“Recuperamos la esencia de los cines al aire libre que nos cuentan las películas de Hollywood a través de historias de jóvenes que, a bordo de sus coches, empiezan a vivir la vida”, indicó una publicación de Fescinal.

Ir a un autocine fue en su época de mayor esplendor una cultura ligada tanto a la industria fílmica como al auge en la producción de automóviles en Estados Unidos.

También se ligó con la popular comida rápida para la ocasión como “perros calientes”, hamburguesas, palomitas y gaseosas.

Para revivir la experiencia, en México, tras más de 30 años de ausencia, reapareció en 2011 un proyecto de autocine a través de la iniciativa “Autocinema Coyote”, en instalaciones ubicadas en el sur de la ciudad.

El negocio se ha movido de sede en un par de ocasiones y desde su última ubicación, en el sector lujoso de Santafé, en el surponiente de la capital, anunció otro cambio, a un punto de la céntrica zona de Polanco.

La última proyección fue la clásica “Cinema Paradiso” en junio pasado para preparar la mudanza a Polanco, donde prevén reanudar operaciones a finales de este verano.

“No estamos cerrando solo nos cambiamos de lugar”, reza un mensaje de “Autocinema Coyote” en su cuenta de Twitter, seguida por más de 100 mil usuarios de esa red.

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