De esta manera, la imagen del Templo Mayor de Tenochtitlan extraída del Códice Durán acompañará a un sinnúmero de usuarios de la red del Metrobús, informó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), quien destacó la importancia de esta iniciativa para conmemorar un proyecto arqueológico y difundir el patrimonio cultural de México.
La edición especial de la tarjeta fue presentada por Morrison Limón Boyce, director de Estudios Arqueológicos del INAH; Bianca Moreno Alarcón, subdirectora de Museografía del MTM; y Guillermo Calderón Aguilera, director general del Metrobús.
Morrison Limón afirmó que festejar las tres primeras décadas del MTM y 40 años de investigación ininterrumpida por parte del proyecto homónimo al recinto sagrado tenochca, equivale a conmemorar dos iniciativas clave para la cultura y la historia de México.
Precisó que si bien el PTM inició en 1978, por iniciativa del investigador emérito del INAH, Eduardo Matos, tras el fortuito hallazgo del monolito de la diosa Coyolxauhqui, las pesquisas arqueológicas en el área tienen antecedentes en 1790 y 1791, cuando tuvieron lugar los descubrimientos de la escultura en roca de Coatlicue y la Piedra del Sol.
El PTM y las 1.2 hectáreas de vestigios arqueológicos que comprende, dijo, se ostentan como el punto de origen para incontables investigaciones sobre la cultura mexica y el mundo prehispánico en general, proyectos como el Programa de Arqueología Urbana —surgido en 1991— y espacios de difusión como el Museo del Templo Mayor.
El arqueólogo recordó que este recinto, uno de los más visitados en todo el país, abrió al público en octubre de 1987 para resguardar y exponer las piezas resultantes de las investigaciones en campo del PTM, además de vestigios arqueológicos provenientes de Tlatelolco, Xochimilco y otras zonas de trabajo a cargo del INAH.
El diseño arquitectónico del museo, obra de Pedro Ramírez Vázquez, emula en orientación y distribución la forma que en su momento de esplendor tuvo el Templo Mayor, con dos secciones principales: “la sur dedicada a Huitzilopochtli, señor de la guerra, el sacrificio y el tributo, y la norte abocada a Tláloc, dios de la agricultura, lluvia, flora y fauna”.
La tarjeta conmemorativa fue diseñada por Eduardo Noriega, quien juega con dicho concepto al presentar en el anverso una imagen a color del Códice Durán, y en el reverso una reinterpretación en blanco y negro de la relación espacial del museo y el templo mediante dibujos encontrados de Tláloc y Huitzilopochtli.
Las tarjetas conmemorativas ya se encuentran en circulación dentro de la Línea 2 de este sistema de transporte público. Son funcionales tanto para el Metrobús como para el STC Metro, la red Ecobici y el Servicio de Transportes Eléctricos de la Ciudad de México. La cantidad inicial es de 150 mil tarjetas pero podría ampliarse en función de la demanda que reporten.