Según declaró a la agencia MAP el responsable policial Rachid Brikat, los 35 agentes de la Brigada Ciclista han pasado unos periodos de formación con la policía de Holanda, país donde la tradición ciclista está mucho más arraigada que en Marruecos.
Los agentes a dos ruedas patrullarán, por un lado, por avenidas céntricas donde la congestión vehicular hace más rápido el acceso en bicicleta; y por el otro, vigilarán lugares como jardines públicos, la ribera del río Buregreg o el sitio histórico del Chellah, lugares estos dos últimos donde no pueden circular coches.
Si se revela exitosa, la experiencia de Rabat se extenderá más adelante a las grandes ciudades de Marruecos, empezando por las más turísticas, como Marrakech, Fez o Tánger, dijo Brikat.
Queda por ver el respeto que los "policías ciclistas" despertarán entre los ciudadanos, en un país donde los usuarios de bicicletas suscitan las risas de numerosos viandantes y donde los automovilistas los consideran en muchas ocasiones "invisibles".