El tema de la movilidad urbana en México y toda la región de América Latina es fundamental para las agendas de gestión pública. Las diversas modalidades y tendencias que surgen para transformar el ecosistema del desplazamiento en una red multimodal son, actualmente, asuntos de primer orden, debido a la importancia que tiene en las metrópolis un traslado eficaz, seguro y sustentable hacia cualquier punto de alguna ciudad.
Dentro del estudio RED 2017 realizado por CAF -banco de desarrollo de América Latina-, Latinoamérica registra, en promedio, un tiempo estimado de 40 minutos para que un ciudadano vaya desde su hogar hacia su trabajo; además, en el desglose porcentual respecto a la forma de desplazamiento, se observó que el 39 por ciento de los habitantes latinoamericanos utiliza el transporte público, mientras que un 22 por ciento se mueve en auto privado y un 26 por ciento anda a pie, por lo que es importante enfatizar en la labor en beneficio del transporte úblico como sistema de uso primordial en un ambiente urbano. En la Ciudad de México, los tiempos de viaje son mucho mayores al promedio de América Latina, llegando a un promedio de 57 minutos, siendo esta una de las metrópolis más congestionadas de la región. Es por esto que los esfuerzos de instituciones gubernamentales se han enfocado en reducir estos tiempos.
“Yo creo que a las ciudades no hay que verlas como el problema, sino como la solución. En las ciudades es donde sucede el desarrollo económico y donde migran las personas en búsqueda de oportunidades y el transporte es una de las variables críticas para que las personas puedan sacar los beneficios que les ofrecen las ciudades”, afirmó Harvey Scorcia, ejecutivo principal de la Dirección de Análisis y Evaluación Técnica de Infraestructura de CAF.
La Institución se ha establecido como una de las pioneras en el apoyo a la preparación de proyectos en distintos sistemas de movilidad masiva. Con esto en mente, Harvey Scorcia opinó respecto a los requerimientos necesarios para realizar proyectos exitosos, así como los pasos para el futuro de este ecosistema.
“En proyectos de transporte como tal, el éxito tiene varios componentes claves. Uno es un buen proceso de planificación, el hecho de involucrar a la comunidad y a los distintos actores; también apoya mucho, cuando se desde el comienzo de un proyecto de transporte público, se piensa en la integración con los otros modos. Hemos aprendido cómo implementar corredores de transporte masivo, pero nos falta la siguiente tarea que es cómo integrarlos con el resto de transporte público de la ciudad. Sin duda, la otra tarea pendiente está en la generación de desincentivos al uso del auto particular”, concluyó el especialista.
El transporte público de las ciudades de América Latina tiene un gran potencial de impacto en el desarrollo de estas. Sin embargo, este sólo podrá llegar por medio del mejor conocimiento de las ciudades y sus actuales desafíos.