La bomba, de 300 kilogramos de peso y sin explosionar, fue arrojada por la aviación alemana durante la II Guerra Mundial, según las primeras informaciones facilitadas por el cuerpo de bomberos de la capital polaca.
Las autoridades mantienen acordonado el terreno adyacente al explosivo, mientras expertos estudian cómo retirar el artefacto para hacerlo explosionar posteriormente.
El hallazgo ha obligado a paralizar parte de las obras de la II línea del metro de Varsovia, cuya inauguración está prevista para el próximo año.