Esta estrategia, que comenzó a cobrar fuerza sobre todo durante la pandemia (a causa de la crisis logística internacional que se agravó con el Covid-19), se destaca por su capacidad para optimizar la eficiencia logística. Según estimaciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el nearshoring podría atraer a México hasta $35,000 millones de dólares como ganancia potencial, de los $78,000 millones de dólares que corresponden a Latinoamérica.
De acuerdo con analistas de la industria y expertos, esta tendencia no es algo pasajero: si bien, como comentábamos, hacia 2021 la interrupción de servicios, los aumentos exorbitantes en los precios de los fletes y la escasez de espacio llevaron a la reconfiguración de las cadenas de suministro que ya habían comenzado en Estados Unidos, la práctica hoy es una respuesta estratégica a la necesidad de asegurar cadenas más cortas y proveedores más confiables.
Convirtiendo la resiliencia en oportunidades
Junto con Canadá y China, México se encuentra en la terna de los principales socios comerciales con Estados Unidos, según información del Buró de Análisis Económico (BEA). Asimismo, México cuenta con cadenas de producción y logística bien establecidas con nuestro vecino país del norte, además de que compartimos husos horarios, un aspecto que las empresas inversionistas toman muy en cuenta al decidir dónde ubicar sus centros de producción.
Entre las ventajas de la relocalización está el ahorro en costos de transporte, menores riesgos de interrupción en la cadena (con respecto a lo que pasó en el año 2020 por la pandemia) y tiempos de traslado de mercancías e insumos reducidos. Al minimizarse las distancias, de igual forma lo hacen los peligros durante la transportación, y ello redunda en una confiabilidad óptima. Asimismo, dado que las crecientes preocupaciones ambientales y los conflictos geopolíticos han reforzado la importancia de buscar proveedores sostenibles y seguros, este modelo no sólo mejora la eficiencia en la cadena de suministro, sino que también contribuye a la expansión de las operaciones logísticas y la generación de empleos.
Para las empresas de la industria logística, aprovechar las oportunidades que ofrece el nearshoring es crucial. La adaptación de estrategias empresariales a nivel internacional, redirigiendo inversiones hacia mercados cercanos, puede potenciar a América Latina, y sobre todo a México, como proveedor de bienes y servicios. Entre otros de la región este país, con su capital humano calificado, infraestructura y valores corporativos atractivos, se posiciona como un actor clave en esta transformación.
Según el informe sobre el Estado de la Logística 2024 del Consejo de Profesionales de la Gestión de la Cadena de Suministro (CSCMP), el reshoring y nearshroing siguen teniendo una aceptación más amplia: las importaciones estadounidenses de 14 países y regiones de bajo costo (LCCR por sus siglas en inglés) asiáticas disminuyeron aproximadamente un 14 por ciento entre 2022 y 2023, y México superó a China como el mayor exportador a los EE. UU.
Hoy por hoy las empresas priorizan optimizar las cadenas de suministro, fortalecer la confiabilidad y contar con proveedores seguros y sostenibles. Como Penske, tenemos una tremenda oportunidad aquí: es preciso anticiparnos y adaptarnos a esta nueva era de cercanía en los negocios internacionales para continuar prosperando.