Estas características podrían convertirlo en el centro logístico y de transporte más importante de América Latina.
Asimismo, la reciente aprobación del T-MEC y la guerra comercial entre China y EU, son factores clave que podrían dinamizar la capacidad logística de México. “En caso de incentivarse correctamente, este potencial logístico podría convertir a nuestro país en una potencia económica, impulsando de un solo tirón a todas las otras industrias”, opina Mauricio Medina, director general de TIP México, empresa líder en arrendamiento de equipo de transporte, autos y administración de flotillas.
No obstante, para valerse de esta singularidad y capitalizarla debidamente, han de sortearse diversos retos que han representado un freno para el desarrollo. Uno de los principales, consiste en incentivar la renovación del parque vehicular del transporte de carga, mismo que cuenta con una edad promedio que rebasa los 19 años (SCT).
Esta deficiencia es responsable de mermar significativamente la capacidad operativa de la flota mexicana, puesto que la avanzada edad de los tractocamiones supone un alto consumo de combustible, a la par de un mayor índice de producción de gases contaminantes, situación que les impediría la entrada a los Estados Unidos, debido a las estrictas regulaciones medio ambientales en el país vecino.
“Recordemos que el negocio del transportista no es acumular camiones, sino trasladar mercancías. El objetivo es optimizar los tiempos de entrega mientras que se disminuye el impacto medioambiental. Contar con las unidades precisas para ello, resulta posible a través de herramientas financieras como el arrendamiento, que democratizan el acceso al desarrollo, puesto que impulsa el uso de activos renovados constantemente, tecnologías y servicios de vanguardia que mejoran la eficiencia operativa del negocio”, continúa Mauricio.
Nuevos retos, nuevos esquemas de adquisición
La importancia por solucionar esta temática recae principalmente en el valor del autotransporte, que es responsable de movilizar el 81 por ciento de las mercancías en nuestro país, tanto dentro como fuera de las fronteras. Esto le ha valido aportar el 3.3 por ciento del PIB en 2020, convirtiendo al sector en la columna vertebral de la logística en México.
“A pesar de los diversos incentivos para apoyar la renovación del transporte, los resultados no han sido muy favorables, y es que uno de los principales impedimentos para la adquisición y/o financiamiento de un nuevo vehículo, es el precio de los mismos, que representa una inversión aproximada de hasta 3 millones de pesos, sin contar aún las pólizas de seguros, que están cercanas a los 300,000 pesos por cada unidad”, concluye Mauricio.
Con todo, existe un crecimiento ralentizado en el número de unidades renovadas, incentivado principalmente por el impacto del T-MEC, la guerra comercial y el acelerado crecimiento del e-commerce, que también ha promovido la adopción de tecnologías para el monitoreo de unidades, con lo que se observan mejoras en la calidad del servicio y los tiempos de entrega, así como en seguimiento de los hábitos de conducción de los operadores y el consumo de combustible por kilómetro recorrido.
Por tanto, es indispensable reconocer la necesidad de disminuir la edad de la flota de carga en el país, acercándose a diversos modelos de adquisición y uso que apuntalarían la optimización de costos y la eficiencia operativa del transporte de mercancías.
El arrendamiento vehicular democratiza el acceso de las empresas al uso de nuevas unidades, con la implementación de tecnologías y servicios de valor agregado que les permitirán crecer y competir en una economía cada vez más dinámica puesto que no se descapitalizan y libera su flujo de efectivo para invertir en actividades estratégicas.