Hoy, gracias a los avances en materia de tecnología automotriz se cuenta ya con opciones sustentables para la implementación de alternativas en trasporte urbano tales como la utilización de motores eléctricos o de hidrogeno, con lo que se estaría reduciendo hasta en un 90 por ciento las emisiones de efecto invernadero. Estas tecnologías cada vez más van tomando terreno en el mercado automotriz japonés, europeo y estadounidense, situación que para México se ve aún muy distante.
De acuerdo con el Ingeniero en Transporte, Raúl López Domínguez, egresado de la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería y Ciencias Sociales y Administrativas (UPIICSA), unidad perteneciente al Instituto Politécnico Nacional, intereses económicos evitan y truncan el acceso a este tipo de alternativas sustentables, negándole a la población el acceso a una movilidad sustentable.
“La industria automotriz es una de las más poderosas del planeta y han gastado millones de dólares y euros en investigación de tecnologías alternas, sin embargo, el nivel de producción que tienen con tecnología de combustión es demasiada por lo que la prioridad es sacar esa producción para luego migrar a las nuevas tecnologías. Existen intereses económicos que no van a permitir un avance en México”.
El también experto en Dinámica de Sistemas por parte de la Universidad Politécnica de Cataluña, explica que el proceso de conversión a sistemas más ecológicos tardara al menos 20 o 30 años en nuestro país puesto que las plantas armadoras que continúan llegando aún tienen en sus inventarios motores convencionales que afectan gravemente el medio ambiente.
“El proceso de cambio se va a dar pero va a tardar precisamente por todos los intereses que se encuentran comprometidos con la producción ya terminada. A México continúan llegando plantas armadoras de automóviles, esas plantas van a tener vida útil de 20 a 30 años, entonces, por lo menos esta primera mitad del siglo XXI continuará dominada por las tecnologías de motores convencionales”.
Al participar en el 7º Congreso Internacional del Transporte (CIT) organizado por la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM) a finales de abril, el académico subrayó que el reto que enfrenta la movilidad en nuestro país va más allá de tecnologías puesto que el trasporte en México sigue siendo parte de un botín político.
“Mientras en este país no deje de verse al trasporte como un botín político no va a haber un cambio, desafortunadamente los intereses políticos han frenado y continuarán frenando el avance en materia de movilidad y no solo en ese tema. El reto de la movilidad es conciencia por parte de todos los actores que tienen que ver con el sector; autoridades, académicos, políticos, la población en general, grupos de interés como son empresarios, comerciantes, todos”, detalla.
En este sentido, el ingeniero resalta la preocupación por la fuga de talento que enfrenta el país: “Los egresados de escuelas como el Instituto Politécnico Nacional, de la UNAM, y de otras universidades públicas del país cuentan con la capacidad suficiente para competir con egresados de otros países, prueba de ello es la fuga de cerebros que enfrenta el país. Este problema no es viejo y continuará vigente mientras en México no haya la oportunidad laboral que necesitan estos alumnos, la ingeniería mexicana está al nivel de países como Europa o Estados Unidos, la única diferencia son las fronteras geográficas y el idioma, pero de nuevo, son los intereses económicos y políticos que frenan el avance de nuestros jóvenes, es un foco rojo que requiere de pronta atención”, finaliza.