Esa revalorización representó un impacto positivo de 546 millones de euros y el conjunto de los elementos no recurrentes aumentaron el resultado en 581 millones de euros entre enero y junio, sin los cuales los beneficios se hubieran quedado en 284 millones, 21 millones menos que hace un año, explicó en un comunicado la Sociedad Nacional de Ferrocarriles (SNCF).
El margen operativo creció un 2.4 por ciento hasta 1,296 millones de euros, mientras que el resultado operativo corriente (al margen de elementos excepcionales) cayó a 501 millones de euros, frente a los 606 millones en la primera mitad de 2012.
La facturación se mantuvo prácticamente estable con 16,010 millones de euros, tres millones menos que entre enero y junio de 2012, con pequeñas variaciones en todas sus divisiones, salvo en las de estaciones y conexiones (566 millones de euros, +19 por ciento).
Un 20 por ciento de sus ingresos procedieron de sus negocios internacionales, en línea con lo realizado en el periodo equivalente del ejercicio pasado.
El endeudamiento financiero de la compañía se redujo a 8,010 millones de euros a fecha del 30 de junio, comparados con los 9,170 millones en esa misma fecha el año anterior.
De cara al segundo semestre, la SNCF avanzó que el entorno económico sigue siendo incierto en Europa y que se acentúa la recesión del transporte de mercancías.
Pese a todo, afirmó que continúa su política de grandes inversiones "indispensables para garantizar la seguridad y la calidad del servicio", lo que se traducirá en particular en la compra de trenes y en la renovación y el desarrollo de infraestructuras y de estaciones en la región de París.
También indicó que sigue su "preparación activa" junto a la Red Ferroviaria de Francia (el también estatal RFF) de la reforma anunciada por el ministro francés de Transportes, Frédéric Cuvillier, para la constitución de "un grupo público industrial integrado" con las actividades de gestión de las infraestructuras.