El modelo de intercambio B2B (Business to Business) se vio impulsado a partir de la pandemia, que se ha convertido en una prueba de solidez para las cadenas de suministro en todo el mundo. En el contexto de las restricciones contra el COVID y la disminución paralela de las capacidades financieras, muchas empresas cambiaron a la subcontratación de tareas básicas, lo que empujó el desarrollo de los servicios compartidos. Como se muestra en la práctica, el compartir los recursos los hace más accesibles. De este modo, las empresas pueden obtener más a un menor costo, es decir, aumenta sus ingresos y su eficiencia, al igual que reduce de forma considerable los costos de operación.
Por ejemplo, las aerolíneas intercambian sus aviones y servicios en el marco de alianzas de aviación, y la industria de la construcción recurre tradicionalmente al alquiler de equipos. Lo que sí es nuevo es la penetración de los modelos de consumo de intercambio en las cadenas de suministro. De acuerdo con el gobierno de México, adoptar una construcción sustentable puede reducir, en promedio, 30% del consumo de energía, 35% de las emisiones de carbono y generar ahorros del 50-90% en el costo de los desechos[1].
Por otro lado, los grandes fabricantes llegan a comprar de 1 a 5 millones de pallets al año, necesarios para transportar los productos a las tiendas. Al cambiar al uso compartido de estos productos a través del pooling, pieza fundamental en el modelo de “Economía Circular” en el que CHEP, empresa de soluciones logísticas, basa su operación, los costos no sólo se reducen, también se deducen los gastos de capital en el balance de la empresa. Además, se simplifica la administración de los pallets, lo que también permite ahorrar recursos de la empresa.
Con base en cálculos realizados por la compañía, adoptar el modelo de pooling permite reducir entre 17-30% de costos. El especialista de CHEP se encarga de la gestión del pallet de transporte, mientras que los fabricantes y proveedores utilizan el servicio de pooling para entregar las mercancías a los puntos de venta. La tarea del experto de CHEP garantiza la entrega puntual de los pallets al fabricante, su devolución desde el comercio minorista, su reparación y su restauración. De este modo, las empresas pueden rentarlos, en vez de comprarlos y así, llevar un registro independiente de los mismos, esto reduce la carga financiera y administrativa.
Otro motor del desarrollo del intercambio de recursos entre negocios es la creciente necesidad de disminuir el impacto negativo al entorno. Hoy día, el respeto de un producto o servicio por el medioambiente se impone a toda la sociedad, empezando por los consumidores y terminando por los inversionistas. Los servicios compartidos se están convirtiendo en una de las herramientas más prometedoras para reducir la huella ambiental de las empresas.
Regresando al punto anterior sobre el transporte, es la segunda fuente de gases de efecto invernadero en el mundo, después de la producción de energía y electricidad. En México, el autotransporte participa con el 55.7% del movimiento de la carga nacional[2], lo cual indica que la mayor parte de la carga en los corredores se transporta por camión, los cuales actualmente son la fuente generadora del mayor número de emisiones contaminantes[3]. A nivel mundial, el kilometraje en vacío supone decenas de millones de toneladas de CO2 cada año.
El compartir transporte permite que las empresas puedan enviar de manera conjunta, materias primas o mercancías, aumentando así la carga de los vehículos y reduciendo de forma considerable las emisiones asociadas al kilometraje en vacío. Los modelos de intercambio en el segmento B2B ofrecen ventajas económicas y ecológicas convincentes. Al compartir inteligentemente sus recursos, las empresas pueden mejorar su eficiencia operativa y tener un impacto positivo en el planeta. El número de empresas que implemente modelos de uso compartido aumentará en los próximos años.