El ingeniero mecánico y psicólogo social advierte que el proyecto Cablebús partió de la tesis de que toda la gente utiliza el trayecto Cuautepec-Indios Verdes, lo cual es incorrecto porque esa es sólo una parte y no la mayoría ya que “por su posición geográfica, decenas de miles de personas se dirigen hacia las zonas de Tlalnepantla y Vallejo, siendo que inclusive esta dirección es más idónea si se quiere continuar hacia cualquier punto de la ciudad que no sea el nororiente, pero también hacia los municipios que colindan al norte con el mismo territorio de Cuautepec”.
Así que las personas que tengan que dirigirse rumbo a la Zona de Vallejo y poniente del Valle quedarán totalmente fuera del sistema y una solución en esta dirección quedará cancelada por mucho tiempo, dada el gasto adicional que requeriría.
Acosta García afirma en carta entregada el 21 de marzo a la Jefatura de Gobierno que con el Cablebús “se parte de la tesis que toda la gente se mueve en transporte público, y que no es necesario avenidas y calles apropiadas” pero “en el Valle de Cuautepec habita una población mínima de 400,000 personas y el simple abastecimiento de mercancías requiere de miles de camiones circulando en su territorio, esto sin contar vehículos particulares y otros servicios”.
Ocho días después, el 29 de marzo, el vecino de Cuautepec envió otro comunicado diciendo a la Jefa de Gobierno que por la distancia promedio de 2.3 kilómetros entre estaciones del Cablebús será ineficiente totalmente para la inmensa mayoría de la población, que deberá pagar otro pasaje para llegar a ellas, lo mismo para la gente que vive al fondo del valle.
Además, “la concentración de personas en los paraderos de las estaciones, inducirá el ambulantaje al estilo las estaciones del metro. Se destruirán los espacios tal como se conocen actualmente. Para tal concentración de gente se requieren espacios muy grandes y paraderos para el transporte local”.
De igual forma, utilizar los terrenos del Politécnico y los campos deportivos Revolución llevará, a eliminar los pocos espacios que tiene Cuautepec para el deporte y al Politécnico el cierre del espacio de estacionamiento, “cuando de lo que se trata es de abrir más espacios no de cerrarlos”.
Otra problemática más es que se generará una contaminación visual aérea permanente e irreversible, día y noche, y se cancelará por mucho tiempo la posibilidad de recobrar el ambiente campirano o típico que alguna vez tuvo Cuautepec. Sobre la contaminación visual, dijo que habrá para los vecinos donde circularán las canastillas un problema de “aplanamiento emocional permanente”.
Pero, lo que es peor, con el proyecto Cablebús “el problema del tránsito terrestre para vehículos de carga y particulares seguirá siendo exactamente el mismo y quizá peor. Y ya que mientras no se soluciona en lo más mínimo el problema de transporte de la gente, los problemas sociales y naturales del valle seguirán empeorando. No se puede ver el problema del transporte como único, de hecho solo es una consecuencia del problema social general. Así que miles de personas requerirán del sistema de transporte actual y la saturación terrestre seguirá igual”.
Además, agregó que el Cablebús deberá ser sacado un mes cada años para darle mantenimiento.
Luego de expresar estos puntos en sus escritos, el también militante de Morena dijo que “la lógica más elemental aconseja reconsiderar la ejecución del proyecto y, si tomamos en cuenta el enorme costo estimado de 3,000 millones de pesos, “la necesidad de consultas a la ciudadanía se vuelve imprescindible”.
Y agrega: “Como le decía en una de las cartas, no sé quien propuso este sistema de Cablebús, pero la gente en Cuautepec solo lo está recibiendo pasivamente del exterior, sin recibir información debida; nos enteramos solo por una promesa de campaña, sin saber en base a que, ni por qué, y después por notas periodísticas. Todo alejado del pueblo en contradicción con los criterios de gobierno de la Cuarta Transformación. Esto tiene el sello del régimen anterior y huele a “bisne” del proveedor principal”