“Queremos empleo no manipuleo”, “queremos progreso no retroceso”, fueron los gritos que se escucharon en la Plaza de la Constitución, que tuvo su catarsis mayor cuando miles de manifestantes entonaron el Himno Nacional.
Texcoco sí, Santa Lucía no, fue otra de las proclamas de la marcha, en la que también escuchó “no somos uno, no somos cien, somos un chingo, cuéntanos bien”.
Alrededor de 4,000 manifestantes gritaban consignas como "el pueblo unido, jamás será vencido"; gente de la tercera edad, empresarios como Carlos Jiménez Pons, jóvenes, amas de casa, trabajadoras de aduanas pidieron ser escuchados y exigieron que haya democracia.
En entrevista, Jiménez Pons dijo que el presidente debe gobernar para todos, “yo soy México” y criticó la consulta para decidir el destino de la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México.
También dos amas de casa y un ingeniero pensionado apuntaron que no se puede tomar una decisión de esta magnitud tan ligeramente, sin estudios técnicos y sin tomar en cuenta el impacto social que representa eliminar miles de empleos.
A pesar de que había un acuerdo de que nadie hablaría en nombre de los marchistas, Laura Elena Herrejón, del Movimiento Pro Vecinos, declaró ante los medios de comunicación que estaban en contra de los retrocesos, de un gobierno que ponga trabas y que manipule a la opinión pública.
Hubo manifestantes que se inconformaron con la declarante y empezaron a gritar "Texcoco, Texcoco, Texcoco"; le reclamaron que no se valía hacer comentarios a nombre de la marcha, porque era un movimiento ciudadano, de mexicanos preocupados por el futuro del país.