Los directivos coincidieron en que no hay planes para ningún país latinoamericano específico en este momento, pero el grupo siempre está abierto a nuevas oportunidades de asociación, pues ocasionalmente se llevan a cabo reuniones a escala mundial para discutir el tema.
Con respecto a las naciones más grandes de la región ‒Brasil, cubierto por Arval, y México, por Element‒, los dos mostraron aumentos interanuales en el tamaño de la flota de 8.9 y 11.1 por ciento, respectivamente en 2020.
Element-Arval Global Alliance, cuya asociación de administración de flotas más antigua celebró su 25 aniversario en 2020, está presente en 50 países y gestiona más de tres millones de vehículos y en América Latina, su huella llega a ocho mercados y aproximadamente más de 1 millón de unidades. Además, incluye a Chile, Perú y Colombia, así como RDA Renting ‒que cubre Argentina y Uruguay‒ y Mareauto AVIS, en Ecuador.
Sobre la pandemia por Covid-19, ambos señalaron que se han buscado soluciones de movilidad alternativas que sean rápidas y flexibles. Una de ellas es el arrendamiento a mediano plazo. Además, ha aumentado la demanda de planes de uso compartido de vehículos destinados a reducir el tiempo de inactividad de la unidad y optimizar las operaciones generales de la flota.
"Nuestro enfoque ha estado en la digitalización de nuestro negocio para que podamos servir mejor a nuestros clientes. La pandemia de Covid-19 ha acelerado la demanda de nuevas soluciones tecnológicas", dijo Tamayo, citando ejemplos como el seguimiento de las órdenes de compra, la mejora de la comunicación entre los administradores de flotas y los conductores, así como otros avances de conectividad.
De igual forma se ha dado un cambio de la compra directa al arrendamiento de servicio completo para muchas empresas, ya que buscan invertir más en actividades comerciales centrales, aunado a que del 69 por ciento de las compañías que buscan aumentar su flota, alrededor del 28 por ciento de las que están utilizando compras directas en la actualidad tienen planes para desarrollar un programa de arrendamiento de servicio completo en los próximos tres años, dijo De Bolle, citando el último estudio de Arval Mobility en Brasil.
"Según el Barómetro AMO de Brasil, el 59 por ciento de las empresas están considerando la implementación de al menos una tecnología de combustibles alternativos en los próximos tres años. Y las razones de esto son reducir los impactos ambientales, minimizar el consumo de combustible y anticipar futuras políticas públicas restrictivas", comentó.
Es por ello que en 2020 Arval lanzó su plan Arval Beyond, que busca ofrecer soluciones de movilidad sostenible en todos los países en los que opera. Esto significa lograr una reducción del 30 por ciento en las emisiones de CO2 en su flota arrendada y una baja de 100 por ciento en sus propias operaciones para 2025.
"Tenemos un programa libre de carbono para neutralizar la huella de carbono de nuestros clientes. Muy pronto, también divulgaremos una plataforma de herramientas de informes globales mejorada y una nueva forma de administrar nuestros clientes regionales", explicó.
Al igual que en otras regiones del mundo, la demanda de vehículos eléctricos va en aumento, pero aún hay una falta de incentivos gubernamentales en la región para estimular el mercado, según los ejecutivos.
Una predisposición creciente es la conciencia de que la recopilación de datos resulta clave. A través de esto, las empresas no sólo buscan una mayor eficiencia de la flota, sino mayor sostenibilidad, lo que significa reducir su huella de carbono, tal como subrayó Tamayo.
Otra tendencia es la de tarjetas de movilidad bajo demanda, por lo que se considera que tener un presupuesto de movilidad progresará en los próximos años. Las soluciones compartidas deberían seguir siendo populares a medida que la crisis de salud se desvanece, especialmente el uso compartido de automóviles y viajes compartidos corporativos.
Por último, los directivos dieron algunos consejos para incluir a Latinoamérica en el programa de flota global de las compañías, entre ellos: considerar que la región es grande, por lo que es necesario prepararse para el desafío de estandarizar las operaciones, conocer las idiosincrasias que existen en cada país ‒en cuanto a impuestos, precios y alternativas de transporte, entre otros‒, tener en cuenta que es difícil obtener datos fiables, por lo que será mejor concentrarse en aspectos básicos como el inventario, kilometraje y tipos de uso, además de seguir las prácticas globales que se han probado en mercados más maduros.