Es por ello que Element Fleet Management, la empresa líder en administración de flotas, que gestiona aproximadamente 1 millón de unidades a escala global y más de 70,000 en la República Mexicana, ha identificado una serie de retos que las compañías deberán enfrentar de ahora en adelante en su más reciente whitepaper, pero también algunas recomendaciones para hacer que los procesos para las organizaciones sean más eficientes.
Una de las sugerencias más importantes es tener control sobre los gastos, por lo cual se debe hacer una evaluación y considerar los cambios en el uso y necesidades que la empresa ha tenido durante la contingencia, lo puede llevar a conclusiones de las necesidades precisas que a futuro regirán su operación. Asimismo, se debe hacer un análisis de rutas que, de manera segura, representen menos gastos de casetas y combustible.
También es importante anticipar las compras y/o renovaciones, hacer mantenimientos e identificar oportunidades adicionales de ahorro por usos correctos, cambios en políticas, control de gastos diversos y otros, que en el corto o mediano plazo resulten beneficiosos; así como evaluar el fondeo de sus activos y la capacidad de pago para afrontar los diferentes escenarios derivados de la contingencia.
El éxito de sobrevivir a una situación complicada se basa en responder de forma ágil y creativa a los problemas; la capacidad de reacción y adaptación de la empresa lo es todo, en especial ahora que la contingencia sanitaria provocada por el COVID-19 ha supuesto desafíos financieros, operativos y estratégicos en su operación, porque hay factores que juegan en contra, pues hay otras variables que nos llevan a prever movimientos importantes a lo largo del tiempo.
Entre estos aspectos destaca la volatilidad de la moneda, ajustes en las tasas de interés y precios de los combustibles. En tiempos de crisis hay necesidades en la flota que deben ser atendidas de inmediato. Es muy probable que las empresas ya tengan varias de ellas identificadas, por lo cual es indispensable reenfocarlas y reorganizar las prioridades, de acuerdo con el contexto que se experimente.
Lo anterior, tomando en consideración que las necesidades varían por tipo de flota y tienen que ver con el control de gastos, la información relacionada, el seguimiento de mantenimientos, el incremento de la productividad, así como los avisos y registros en tiempo real. Cada uno de estos requerimientos se ataca de forma diferente, dependiendo de si la flota está operando o si está detenida, con la ayuda de herramientas con las cuales se dispone.
En cuanto al tema operativo, el objetivo será enfocarse en temas que realmente importan, sin perderse en tareas que no agregan beneficios a la operación. Tras una situación de crisis es necesario hacer una planeación estratégica para la reactivación de los vehículos.
Sin embargo, la estrategia es el eje que llevará a darle un verdadero valor agregado a la empresa; es donde el administrador de flota, área de operaciones, logística o quien se encuentre a cargo le da un impacto positivo en la operación y, por lo tanto, resultados a la compañía con información confiable sobre tendencias de la industria, costos reales y eficiencia.
Regreso a la “nueva normalidad”
Será necesario conocer los planes estatales para la reactivación económica para que que las flotas estén preparadas, así como contar con un plan de reincorporación es indispensable para asegurar un proceso sin contratiempos.
El plan de trabajo debe considerar aspectos como: tener información y comunicación con el equipo; mantener la flota lista para volver; anticipar al regreso, evitar la saturación de las cadenas productivas, como puede ser la compra de los vehículos necesarios; hacer la revista vehicular; atender los comunicados oficiales; cuidar la salud de los colaboradores y confirmar capacidad de servicio e inventarios.