"Son pasos difíciles pero necesarios para mejorar la competitividad de Alcoa, así como para preservar y aumentar nuestro valor para los accionistas y proteger empleos", dijo el presidente y consejero delegado de la compañía, Klaus Kleinfeld.
Alcoa clausurará definitivamente una planta en la localidad que da nombre a la empresa, en el estado de Tennessee, y dos fundidores inactivos en otra planta en Texas, que en conjunto producen 291,000 toneladas anuales de aluminio, el 7 por ciento del total de la empresa.
Los cierres, que el fabricante metalúrgico espera materializar en el primer semestre del año, reducirán su capacidad global de fundido en otras 240,000 toneladas métricas, en torno al 5 por ciento, con lo que cumplirá así su objetivo de reducción del 12 por ciento.
Alcoa, que la próxima semana inaugura la temporada de resultados empresariales en Estados Unidos, explicó que quiere así contrarrestar el efecto de la baja en los precios mundiales de aluminio, que se han reducido más del 27 por ciento en los últimos meses.
La firma de Pittsburg (Pensilvania) señaló que el costo de su reestructuración en el último trimestre del ejercicio fiscal 2011 oscilará entre los 155 y 165 millones de dólares o entre 15 y 16 centavos por acción.