Dicen que las bicicletas son para el verano, y las motos también. Pero esto ya no debería ser una ley inmutable, sobre todo después de que la indumentaria motera, técnica y específica, haya evolucionado extraordinariamente en las últimas décadas.
Una excursión “bajo cero” en moto puede quedar oscurecida si no disponemos del equipamiento adecuado. Pensemos, pues, en cómo hacerla más tolerable.
Antes de un viaje, piensa a priori en tu atuendo
Visita un establecimiento especializado -o pídele a un compañero esquiador- un conjunto polar para colocar bajo el mono o tu conjunto de chaqueta y pantalón de Cordura o Gore Tex.
Las prendas moteras deben ser impermeables y multicapa, con uno o, preferiblemente, dos o tres forros internos desmontables.
Recuerda que en caso de frío corporal, un periódico colocado entre la chaqueta y el pecho es siempre un buen remedio de urgencia.
No olvides unos calcetines térmicos de buena calidad.
Pero quien usa la moto en invierno sabe que lo más difícil de mantener caliente son las manos.
Puedes usar sotoguantes de esquí y unos guantes especializados, de “Gore”, “Thinsulate”, “Waterproof”, y “Wind Stopper”. Pero que no te queden muy justos: deben mantener una cámara de aire que actuará como aislante.
En caso de emergencia, como por si llueve llevarás el mono de lluvia más cubremanos y cubrebotas, no dudes en usarlos aún en seco.
¿Un truco en caso lluvia? Bolsas de plástico en las botas y, para impermeabilizar un traje no preparado ¡envuélvete en lámina transparente de cocina!
Eso sí, colócate toda la “impedimenta” que puedas, pero que no llegue a actuar con este nombre: no puedes conducir como si fueras una cebolla, sin tacto ninguno.
Si tienes un Scooter, la manta térmica será lo mejor para el frío.
Pero en moto se puede pasar más frío que un brasileño jugando en el campo de Xhaktar, así que una solución evidente es montar en tu moto unos puños calefactables.
Paralelamente, recuerda que existen en el mercado chalecos y guantes “enchufables” bien a una batería externa que llevarás en el bolsillo, bien a una toma de corriente de la propia moto.
Algunos modelos llevan de serie asientos también calefactables, y en la industria auxiliar los hay disponibles para muchos otros.
Sin embargo, no tengas reparo en pensar que lo mejor contra el frío en las manos son unas manoplas “de cartero”. Las mejores son, sin duda, las de lona sólida, forradas con borreguillo, y de estructura rígida, que impide que se venzan con el aire en contra y empujen sobre las manetas.
Son categóricas, el único remedio verdaderamente eficaz para conseguir no helarte sea cual sea la temperatura exterior. Ya sabes que defender un buen tacto en las manos es el primer y principal elemento de seguridad.
Y, ante todo, en invierno, una buena visión es primordial.
Usa pantallas claras en el casco, ventajosamente con el añadido de algún sistema anti-empañante.
Los hay accesorios, bien en forma de líquido “anti-fog” o, mejor, el remedio definitivo: los de lámina plástica interna tipo “pin-lock”.
Y por último, pero no por ello menos importante, no dejes de lado los sotocascos y los buff. ¿Un truco de urgencia para mejorar su defensa contra el frío? Puedes rodearte el cuello ¡con papel higiénico!, que creará capas aislantes de aire bajo la braga.