Las ventas de este tipo de vehículos se han multiplicado por siete en Francia durante los últimos diez años y en 2019 supusieron el 39 por ciento de todas las matriculaciones de automóviles nuevos en el país, señaló WWF en un informe divulgado hoy.
Los SUV son, de media, 200 kilos más pesados que un turismo equivalente, además de menos aerodinámicos por su mayor tamaño, lo que se traduce en un mayor consumo.
Según WWF, los SUV son ya la segunda mayor fuente de emisión de gases de efecto invernadero del país, tras el sector del transporte aéreo, y el crecimiento de este tipo de vehículos pone en riesgo que Francia cumpla sus compromisos de recorte de emisiones establecidos en los Acuerdos de París.
En este sentido, recuerda que las emisiones medias de vehículos nuevos bajaron de forma progresiva entre 2009 y 2016, pero desde este último año ya no se están reduciendo.
"Un SUV cuesta de media un 30 por ciento más que una berlina media a la hora de la compra, y consume cerca de un 20 por ciento más de combustible", recalcó la organización.
También señaló que los 4,3 millones de SUV vendidos en Francia en los últimos diez años tienen una huella de carbono equivalente al de 25 millones de vehículos eléctricos urbanos.
WWF propone crear un criterio de peso en la fiscalidad de los automóviles, a fin de tasar aquellos con motor térmico que pesen más de 1.3 toneladas y los híbridos y eléctricos de más de 1.8 toneladas.
Preguntado sobre este informe en una entrevista en la radio France Info, el ministro de Economía, Bruno Le Maire, se mostró contrario a la prohibición de la publicidad de productos más contaminantes, como los SUV, y en cambio a favor de una información clara.
Le Maire afirmó estar "convencido" de que si se informa "claramente" a los ciudadanos "sobre los daños que causan al medio ambiente ciertos vehículos muy contaminantes, cambiarán sus hábitos de consumo".