La doctora Marina Robles García, secretaria del Medio Ambiente capitalina, resaltó el avance que tiene actualmente la Ciudad de México “tanto en el conocimiento, monitoreo y en la gestión para lograr una mejor calidad del aire”, lo cual obedece a los niveles a los que llegó la ciudad en las décadas de los años 80 y 90, pero “sin duda, la calidad del aire ha mejorado muchísimo”.
El Inventario de Emisiones de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) reporta los resultados del año 2018, con una cobertura geográfica que abarca las 16 alcaldías, 59 municipios conurbados del Estado de México y el municipio de Tizayuca, Hidalgo. Éste se puede consultar en el enlace diponible aquí.
El documento representa una herramienta fundamental para identificar las fuentes que más contribuyen a la generación de la contaminación y desarrollar políticas públicas que mejoren la calidad del air, con la finalidad de proteger la salud de la población, beneficiar al medio ambiente y coadyuvar en los esfuerzos de mitigación del cambio climático.
En este sentido, Víctor Hugo Páramo, titular de la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe), insistió en que la calidad del aire ha mejorado considerablemente: “La calidad del aire en el Valle de México ha sufrido una evolución favorable, afortunadamente, y gracias al desempeño del Sistema de Monitoreo Atmosférico. Este sistema día con día, desde los años 90, nos ha dado la calidad del aire en el Valle de México. Con esto podemos atestiguar que si bien no estamos en las condiciones que quisiéramos sí ha mejorado mucho”.
En el año 2019 se presentaron 14 acciones para mejorar la calidad del aire de la Zona Metropolitana del Valle de México, a través de las cuales se busca reducir la emisión de compuestos orgánicos volátiles, las cuales se establecen en el documento diponible aquí.
Aunado a esto, la participación de cada una de las personas que vive en la ciudad y Zona Metropolitana del Valle de México es fundamental para disminuir la concentración de contaminantes, por lo que esta Secretaría recomienda poner en práctica las siguientes acciones:
Identificar fugas de gas en las instalaciones de nuestros hogares y repararlas
Tomar baños que no duren más de cinco minutos
Cargar gasolina por la tarde, preferentemente después de las 18 horas
Evitar usar productos domésticos en aerosol
Cocinar nuestros alimentos utilizando tapas en ollas o sartenes
En caso de tener vehículo, mantenlo en buen estado
La Sedema también exhorta a la ciudadanía a utilizar medios de transporte públicos y alternativos, así como a mantener en buenas condiciones los autos particulares y colectivos a fin de reducir emisiones contaminantes.
En la Zona Metropolitana del Valle de México circulan cerca de 5 millones de vehículos, sin embargo, en la capital existen diferentes alternativas para trasladarse a distintas zonas como el Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro, Metrobús, Cablebús, Trolebús, tren ligero, taxi eléctrico, sistema de Ecobici y otros tipos de transporte público. Además, el uso de la bicicleta como medio de transporte, no sólo permite un ahorro económico y de tiempo, sino que mejora la calidad del aire al no emitir gases contaminantes.
El transporte particular (autos, camionetas SUV y motocicletas) contribuye de manera significativa a la emisión de contaminantes prioritarios (40% de los NOX, 16% de las PM10 y 10% de las PM2.5) ya que son las unidades más numerosas, de ahí que se requieran más medidas para lograr un mantenimiento constante, restringir la circulación de las unidades más contaminantes y fomentar la renovación vehicular con tecnologías más limpias, por ejemplo los vehículos eléctricos.
Por ello, la actualización y homologación de los Programas de Verificación Vehicular Obligatorios y el Programa Hoy No Circula son un área de oportunidad para controlar las emisiones, sin embargo, se requieren regulaciones más estrictas en cuanto a los límites de emisión, así como garantizar el abastecimiento y distribución de combustibles de mejor calidad y menos volátiles, toda vez que las unidades que emplean gasolina son las más numerosas y tienen una contribución significativa a las emisiones de CO (18%) y tóxicos (20%).
Durante la presentación del Inventario se habló del pronostico de la calidad, como una herramienta para cuidar la salud de las personas. Beatriz Cárdenas, directora de Calidad del Aire de la WRI-México (Instituto de Recursos Mundiales, WRI por sus siglas en inglés), resaltó la importancia de que en la actualidad sea posible observar el comportamiento de contaminantes como monóxido de carbono (CO), dióxido de nitrógeno (NO2), ozono (O3), dióxido de sulfuro (SO2) y partículas suspendidas (PM2.5), lo que permite tomar acciones para proteger la salud y evitar la exacerbación de eventos de muy mala calidad del aire.
“Así, la Ciudad de México, en colaboración con WRI y Resource Watch, facilitan la visualización de contaminantes en un área más amplia que la que reporta la página de la Ciudad de México, y amplía el impacto del modelo para una mayor población a un costo mínimo. La disponibilidad de los datos de Sedema, sumada a la capacidad de visualización de Resource Watch, ahora es posible acceder a esos mismos datos y visualizarlos para un área más amplia, alcanzando a ciudades como Toluca, Pachuca, Tepoztlán y Cuernavaca. Esto permite visualizar el impacto de los contaminantes emitidos dentro de una ciudad, así como de aquellas fuentes de emisiones fuera de su jurisdicción”, abundó.