De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) el ruido es una molestia que produce daños, por tanto, las autoridades deben combatirlo con la emisión de normas claras que regulen su control desde la fuente de emisión. Se trata de una labor ligada a la construcción de obras públicas y viviendas, los transportes, las telecomunicaciones y el medio ambiente.
En su conferencia magistral Fiscalización, control y sanción del ruido ambiental en Chile: Desafíos y perspectivas, dictada en la Casa Rafael Galván, centro de difusión cultural de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), el profesor de Acústica Ambiental en la Universidad Tecnológica de Chile aseveró que en su país la contaminación acústica es considerada como un problema sanitario y ambiental desde hace poco más de 20 años.
Durante el Seminario Internacional Ruido Ambiental y Salud en la Ciudad, organizado por el Laboratorio de Análisis y Diseño Acústico (LADAc), el Departamento de Procesos y Técnicas de Realización y la División de Ciencias y Artes para el Diseño (CyAD) de la Unidad Azcapotzalco de la UAM, Marzzano Ríos enfatizó que la difusión de información entre los ciudadanos también es indispensable para promover una cultura de la denuncia.
“Una comunidad bien informada de todas las normas y sus sanciones exige a las instituciones a cumplir con su obligación social; incluso, en Chile hemos logrado que sean las propias empresas las que se autodenuncien para evitar penas mayores”, puntualizó.
Los procesos de evaluación son, por ello, esenciales para elaborar informes sanitarios y formar parte de las acciones preventivas emprendidas desde el gobierno chileno. “Las ciudades deben contar con los instrumentos adecuados, la capacidad y cobertura necesarias para hacer cumplir cada uno de los reglamentos y normas”.
En Chile, es mediante mapas de ruido, encuestas de autopercepción de salud en la gente, estudios de las condiciones y la disposición ambiental para los distintos tipos de ruido, campañas de cuidado y autoprotección de la salud como se implementan diagnósticos efectivos en el combate del ruido y sus repercusiones negativas en el terreno sanitario.
El doctor Fausto Rodríguez Manzo, académico del Departamento de Procesos y Técnicas de Realización de la Unidad Azcapotzalco de la UAM, resaltó que el ruido es un problema tan importante de atender en las ciudades como la contaminación del aire.
“El ruido es el contaminante al que más estamos expuestos cotidianamente, ya que oír es un proceso permanente que puede afectar la salud cardiovascular”, subrayó el también responsable del Laboratorio de Análisis y Diseño Acústico (LADAc) de la UAM.
Sus efectos devastadores, externó, se manifiestan en la pérdida de la calidad del sueño y produce efectos psicofisiológicos, que son síntomas psiquiátricos que aquejan al ser humano desde su desarrollo fetal y puede ser la causa de nacimientos prematuros.
“El ruido en las escuelas, los hogares y los lugares de trabajo afecta en el desarrollo emocional de la gente. Nuestra calidad de vida depende del ambiente sonoro, no sólo de los niveles sino de los tipos de sonidos que se perciben, por lo que es necesario abordar este tema desde todas las ópticas posibles”, finalizó.