Impulsan el proyecto "Hacia Ciudades Competitivas Bajas en Carbono"

Impulsan el proyecto "Hacia Ciudades Competitivas Bajas en Carbono"

El modelo de crecimiento urbano en las ciudades intermedias en México (500 mil habitantes) atraviesa actualmente por una crisis de sustentabilidad que impide que sus habitantes mejoren su calidad de vida. Los lugares de residencia de las personas suelen edificarse lejos de los centros de trabajo, lo que provoca largos desplazamientos e incrementa los costos construcción y mantenimiento de los desarrollos urbanos. Tales condiciones elevan las emisiones de carbono así como sus costos económicos. En México las carencias de información urbana han abonado a la toma equivocada de decisiones, dando lugar a la reiteración de esquemas de desarrollo poco sustentable de las ciudades.

Ante ese escenario el Centro de Transporte Sustentable (CTS ) México, la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) y la Embajada Británica en Mexico, impulsaron desde principios de 2009 un proyecto denominado Hacia Ciudades Competitivas Bajas en Carbono (HCCBC) que promueve la implementación de patrones de desarrollo densos, compactos y conectados al transporte público masivo de calidad, modelo que reducirá emisiones, así como costos públicos y privados generados en ciudades mexicanas.

El objetivo del proyecto HCCBC es desarrollar ciudades que mejoren la calidad de vida de sus habitantes y que logren modelos financieros sanos y alcanzables, que sean amigables con el medio ambiente.

Construir Ciudad

El CTS a través de la asesoría de un comité científico, que conforman expertos y académicos nacionales e internacionales de gran prestigio, construyó una metodología homogénea, que considera aristas fundamentales del desarrollo urbano y su integración con el transporte, esquema históricamente ausente del espectro de la investigación en este tema.

Las autoridades de las ciudades mexicanas cuentan ahora con un referente de primer nivel, único en América Latina, que permite determinar impactos y calcular los costos del modelo de desarrollo de las ciudades a tres niveles: unidad de vivienda, fraccionamiento y municipio. Lo anterior, no sólo permitirá tomar mejores decisiones, sino también revertir las tendencias negativas que por años ha seguido la forma de construir ciudades en nuestro país. Asimismo, se espera que las instituciones involucradas en el proceso implementen este modelo como parte de sus políticas públicas.

Las ciudades piloto

El día de hoy, Mérida, Culiacán y Aguascalientes, como ciudades seleccionadas representantes de las regiones sur, norte y centro, respectivamente, cuentan con información detallada de los impactos de su modelo de desarrollo, permitiendo que puedan implementar acciones encaminadas a consolidarse como ciudades competitivas bajas en carbono. Asimismo, los datos obtenidos en las urbes piloto permiten determinar patrones a nivel nacional y confirman la posibilidad de replicar la metodología en otras ciudades intermedias que deseen mejorar su movilidad y revertir los efectos de modelos de desarrollo ineficientes.

Algunos de los datos de mayor interés hallados en las ciudades son:

En el esquema de desarrollo actual existe una tendencia a privilegiar los automóviles en la vivienda de nivel socioeconómico más bajo, destinando mayor espacio público urbano a las vialidades: En Culiacán en la vivienda de interés social se dedica el 26 por ciento a vialidades, en las zonas de clase alta el 25 por ciento y en el centro el 13 por ciento; en Mérida el 35 por ciento en la vivienda de interés social, en las zonas de clase alta el 31 por ciento y en el centro el 16 por ciento; en Aguascalientes el 30 por ciento en la vivienda de interés social, en las zonas de clase alta el 26 por ciento y en el centro el 18 por ciento.

Asimismo, las viviendas de interés social, construidas generalmente en la periferia, están generando altas emisiones de CO2 tanto por sus materiales de construcción como por el mantenimiento que requieren. Revertir el daño ambiental que causan (16 y 26 Co2 ton) significaría que por cada lote construido se deberían generar 54 veces (Mérida), 185 veces (Aguascalientes) y 195 veces (Culiacán) el mismo espacio en zonas verdes.

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