Greenpeace considera que las autoridades congregadas en la CAM deben focalizar sus esfuerzos en modificar de manera drástica el modelo y la cultura de movilidad que impera en el Valle de México y que estimula el uso particular del automóvil.
Desde los postulados de la sostenibilidad ambiental y equidad social, las estrategias para mejorar la movilidad y la calidad del aire en el Valle de México deben contemplar: más y mejor transporte público que sea cómodo, seguro, accesible y energéticamente limpio y eficiente (bajo o cero en emisiones); extensión del transporte eléctrico (metro, tren ligero y suburbanos); regularizar y modernizar el transporte público de microbuses; desalentar el uso particular del automóvil (impuestos o gravámenes por congestión); incrementar la infraestructura que estimule la movilidad no motorizada (bicicletas y desplazamientos a pie); renovar las flotas oficiales por vehículos eléctricos o bajos en emisiones; garantizar la confiabilidad y rigurosidad de los sistemas de verificación vehicular; y revisar los actuales sistemas de monitoreo y medición de la contaminación ambiental en el Valle de México.
Las soluciones de fondo deben formar parte de un conjunto de acciones en conjunto y como parte de un proyecto integral, deben estar encaminadas hacia una mayor sostenibilidad y mejoramiento de la calidad de vida en la megaciudad.