Dentro de las mejoras que tendrá el PVVO a partir del segundo semestre de 2016, están:
Utilización de un software de operación, centralizado y operado por la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) de la Ciudad de México.
Los equipos de verificación operan con especificaciones técnicas y software únicos en el país diseñados por la Sedema, con actualización continua para la calibración y candados diseñados para disminuir posibles alteraciones de las mediciones.
Se ha desarrollado un algoritmo único para la CDMX, el cual garantiza que la información viaja cifrada -desde que es generada hasta la emisión del resultado- directamente al Sistema de Verificación Vehicular (SIVEV) y al Centro de Inspección y Vigilancia Ambiental Remota (CIVAR).
La Ciudad de México cuenta con más de 60 verificentros y 1,887 cámaras de monitoreo.
El equipo de verificación de la CDMX tiene dos estaciones de medición de condiciones ambientales para validar los datos de temperatura y humedad.
En caso de que ambas estaciones no arrojen datos similares, se bloquea la operación del Centro de Verificación.
Para ingresar a los menús de verificación se debe contar con claves y contraseñas, de acuerdo con el puesto acreditado (gerente, supervisor, técnico).
Para la impresión de certificados y hologramas, se ha desarrollado un algoritmo que garantiza que la información viaja cifrada desde que es medida hasta la emisión del resultado.
Los verificentros se convertirán en áreas de atención ciudadana, para dar mayor calidad al servicio.
El proceso de verificación vehicular tendrá los siguientes requerimientos:
Primero, la bitácora electrónica deberá registrar información del usuario y del vehículo; revisión de adeudos por Tenencia e infracciones; y asignación aleatoria de línea en el verificentro. Si el vehículo presenta adeudos no podrá ser verificado.
Segundo, prueba visual.- Se revisará sistema de escape, filtro de aire, tapón de aceite y combustible, bayoneta, fuga de fluidos y neumáticos. La unidad será rechazada si presenta fallas en los componentes anteriores.
Tercero, prueba OBDII (por sus siglas en inglés On Board Diagnostics), la cual es un sistema electrónico integrado al vehículo diseñado para diagnosticar el funcionamiento de los monitores relacionados con el control de las emisiones vehiculares; si existe cualquier falla, el OBDII detecta, graba y visualiza a través de la luz MIL ubicada en el tablero de instrumentos del conductor.
El OBDII mide:
· Monitor del Sistema de Detección de Condiciones Inadecuadas de Ignición en Cilindros.
· Monitor del Sistema de Sensores de Oxígeno.
· Monitor del Sistema de Combustible.
· Monitor del Sistema de Componentes Integrales.
· Monitor del Sistema de Eficiencia del Convertidor Catalítico.
· Monitor del Sistema de Fugas de Aire Acondicionado.
· Monitor del Sistema de Calentamiento del Sensor de Oxígeno.
· Monitor del Sistema de Recirculación de los Gases de Escape (EGR).
· Monitor del Sistema de Calentamiento del Convertidor Catalítico.
· Monitor del Sistema Evaporativo.
· Monitor del Sistema Secundario de Aire.
El cuarto paso es la prueba de humo. Se trata de la revisión visual de humo a 24 kilómetros por hora, durante 60 segundos. Si éste es negro o azul el vehículo es rechazado.
Y finalmente, la prueba dinámica (mediciones de gases HC, CO, CO2, 02 y NOX bajo condiciones de aceleraciones simuladas mediante la aplicación de una carga extrema controlada por el dinamómetro).
Mediante la prueba dinámica, la unidad será rechaza si no cumple los límites máximos del PVVO y consta de dos etapas: Prueba a 24 kilómetros por hora con 50 por ciento de carga durante 60 segundos; y prueba a 40 kilómetros por hora con 25 por ciento de carga durante el mismo tiempo.