Ese umbral, que aún tendrá que negociarse con los Estados miembros (el Consejo) y con el Parlamento Europeo, supone que los fabricantes tendrán que alcanzar los objetivos de media sobre el conjunto de su flota.
La propuesta se completa con el objetivo de que todos los autobuses interubanos comercializados en la UE a partir de 2030 sean de cero emisiones, pero no los que dan servicio a zonas rurales, que tendrán el mismo tratamiento que los camiones.
"Es ambicioso, pero es absolutamente posible", declaró en conferencia de prensa el vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea para el Pacto Verde, Frans Timmermans.
Los nuevos estándares que propone Bruselas llegan al debate político europeo después de que la UE haya establecido que a partir de 2035 solo se puedan comercializar en su territorio coches y furgonetas nuevos de cero emisiones, pese a que la Comisión calcula que en 2050 el 20 % del parque móvil aún circulará con motor de combustión.
Además de contribuir a frenar el cambio climático, mejorar la calidad del aire y la salud de los europeos, las propuestas sobre el transporte rodado pesado "tendrán un impacto positivo en la transición energética, al reducir la demanda de combustibles fósiles importados y mejorar el ahorro energético y la eficiencia en el sector del transporte de la UE", señaló el Ejecutivo comunitario en un comunicado.
La Comisión, que se define como tecnológicamente neutral, no señala si los nuevos motores de los vehículos pesados deberán ser eléctricos o a base de hidrógeno, pero sí considera que un marco legal "claro" ayudará a la UE a mantener el liderazgo global en el segmento de los camiones.
"Las normas revisadas proporcionan una señal clara y a largo plazo para guiar las inversiones de la industria de la UE en tecnologías innovadoras de cero emisiones e impulsar el despliegue de la infraestructura de recarga y reabastecimiento de combustible", apunta la Comisión.
Los camiones y autobuses urbanos y de larga distancia que abarca la nueva propuesta de la Comisión son responsables del 25 % de los gases de efecto invernadero de la UE y del 6 % del total de emisiones del transporte rodado, pese a que representan solo el 2 % de la flota de vehículos.
Sus emisiones, además, han seguido aumentando desde 2014, al contrario que el conjunto de la economía, principalmente por el mayor tránsito de mercancías por carretera, que se prevé seguirá incrementándose.
La vida media de los camiones, 18 años, implica que seguirá habiendo vehículos pesados contaminantes en 2050, al igual que coches. Pero los motores a base de diésel y gasolina tenderán a desaparecer.
En paralelo, las instituciones comunitarias negocian el reglamento sobre la infraestructura de carga y los combustibles alternativos, con el objetivo de instalar puntos de carga y repostaje a intervalos regulares en las principales autopistas: cada 60 kilómetros para carga eléctrica y cada 150 kilómetros para hidrógeno.
En una conversación con periodistas, el presidente de la comisión de Medioambiente del Parlamento Europeo, el liberal francés Pascal Canfin, auguró que habrá un "amplio" apoyo parlamentario a la descarbonización de los autobuses para 2030.
En cuanto a los camiones, Canfin subrayó que los de cero emisiones tienen actualmente una cuota de mercado inferior al 1 % por lo que, aunque personalmente aboga por llegar al 100 % en 2040, considera que "incluso el 90 % es una revolución".
"Probablemente lo siguiente que tendremos que hacer es ir a por los de dos ruedas" porque "no hay razón para no tener legislación" para ese tipo de vehículos, apuntó.
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