El reporte del Instituto de Australia señala que el CO2 potencial de las exportaciones de combustibles fósiles australianos, principalmente carbón, representa el 7 por ciento del total mundial y el 20 por ciento dentro de la OCDE, donde el país austral ocupa el primer puesto.
El informe se basa en los datos de producción de petróleo, gas y carbón de la Agencia Internacional de la Energía y cálculos de emisiones de gases contaminantes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).
Así, las exportaciones de los combustibles fósiles de Australia equivalen, en términos de CO2, a casi el 75 por ciento de las de la Unión Europea y cuadruplican a las de Venezuela o Colombia.
"Muchos argumentan que las emisiones de Australia son pequeñas en la escala global, pero esta investigación muestra todo lo contrario: nuestras emisiones domésticas son muy altas y nuestras emisiones exportadoras más altas todavía", dijo en un comunicado Richie Merzian, director del Programa de Clima y Energía del Instituto.
El informe también señala que Australia, que con sus más de 24 millones de habitantes representa el 0.3 por ciento de la población mundial, es el quinto mayor extractor de carbón, después de China, Estados Unidos, Rusia y Arabia Saudí.
Por cada australiano, el país extrae al año combustibles fósiles equivalentes a 57 toneladas de CO2, lo que equivale a diez veces más que la media mundial.
"Australia tiene la oportunidad y obligación única de afrontar la crisis climática con políticas para gestionar una reducción de sus exportaciones de carbón, que deben empezar con la moratoria a las nuevas minas de carbón", precisó Merzian.
El informe se da pocos días después de que los países del Foro del Pacífico acusaran a Australia de anteponer sus intereses económicos a acciones para hacer frente al cambio climático.
El actual gobierno de la coalición Liberal-Nacional, en el poder desde 2014, desmanteló una política de los laboristas para imponer un impuesto a las emisiones contaminantes y en su lugar da incentivos para reducir las emisiones.
El gobierno además dio luz verde a la construcción de la mayor mina de carbón del mundo en el noreste de Australia, un país extractor de recursos que además genera gran parte de su electricidad con plantas impulsadas por este mineral.
"La comunidad global debe luchar contra el hecho de que Australia quiere duplicar sus exportaciones de combustibles fósiles cuando el mundo está tratando desesperadamente de combatir el cambio climático ", recalcó Merzian.