Sánchez Torres no desligó estos factores de otros marcadamente económicos como la crisis del petróleo y la pérdida de poder adquisitivo de las rentas familiares por las tensiones del Euribor, el testigo que marca los tipos de interés en las hipotecas.
El responsable de Ganvam también se refirió a lo que considera un proceso abierto desde los poderes públicos de "demonización del automóvil".
Sánchez Torres puntualiza que "si bien la tendencia al alza del precio del combustible no tiene una incidencia directa sobre las ventas, sí ejerce, por el contrario, cierta influencia sobre el uso del vehículo, ya que actúa como un elemento disuasorio para el cambio de coche".
Para el máximo responsable de Ganvam, las medidas que se quieren poner en marcha recurren al coche como "cabeza de turco" en lugar de atajar las verdaderas raíces del problema,
La confluencia de todos estos factores genera, a juicio de Sánchez Torres, "un clima negativo que podría arrastrar las ventas de coches a por debajo de las 850,000 unidades al cierre del año", pese al clima favorable de compra en razón de precios y promociones.