El plan, que representa 1 por ciento del PIB, implica 2,133 millones de pesos (99.6 millones de dólares) para agua y medioambiente, 98,980 millones de pesos (4,625 millones de dólares) para energías fósiles y 196,231 millones de pesos (9,167 millones de dólares) para comunicaciones y transportes.
"Se anuncia como un gran plan de infraestructura cuando mayoritariamente son ampliaciones de carreteras, libramientos, mantenimiento a caminos", explicó a Efe el profesor Edmar Ariel Lezama, coordinador del Programa Único de Especializaciones en Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
¿Un nuevo plan?
El gobierno y el sector empresarial habían anunciado en noviembre un primer paquete de 147 proyectos de infraestructura con inversión privada por unos 859,022 millones de pesos (más de 40,000 millones de dólares) para fomentar el crecimiento económico.
Pero la pandemia de la Covid-19, que en México acumula casi 80,000 muertos y más de 760,000 casos, cambió los pronósticos del sector privado con una contracción anual de 18.7 por ciento del PIB en el segundo trimestre del año.
“En el anterior plan de infraestructura, sí evidentemente había muchos proyectos que estaban reciclando, la pandemia los paró. Aquí no se están reciclando, pero se anuncia como si fuera un plan nuevo a partir de que los anteriores ya se cumplieron, cosa que no es cierta", apuntó Lezama.
El académico destacó el Tren México-Queretaro con un monto asignado de 51,300 millones de pesos (casi 2,400 millones de dólares), un proyecto cancelado hace cinco años por el expresidente Enrique Peña Nieto que causó polémica con China.
Pese a las intenciones, el programa no va "a revertir de forma contundente el deterioro asociado a la pandemia", afirmó en entrevista Víctor Gómez, subdirector de análisis económico de la casa de bolsa Finamex.
“Se esperaba un anuncio muy pobre en términos del contenido de los proyectos, y también de los montos, y en ese sentido el anuncio de hoy cumple con esas dos cosas, es un anuncio que se queda muy corto en términos de las necesidades de inversión", aseguró Gómez.
Reconstruye relación
El anuncio reconstruye el puente entre el gobierno y los empresarios, que este año han chocado por la gestión de la crisis económica de la pandemia, el cambio de política energética y el nuevo etiquetado de alimentos.
"Es muy importante que sepamos todos que no podríamos solos, no podría el sector público solo reactivar la economía como se necesita", admitió el presidente en su rueda de prensa en el Palacio Nacional.
Los empresarios han reiterado su meta de que la inversión pública y privada alcance 25 por ciento del PIB.
"Estoy convencido que el programa presentado el día de hoy con el presidente, ayudará a recuperar la economía del país, a la generación de empleos y el bienestar social", expresó Rogelio Zambrano, presidente de Cemex, en una declaración compartida a Efe.
Sin embargo, empresarios y analistas pidieron que el plan se acompañe de otros persistentes reclamos: respeto al Estado de derecho y certeza para las inversiones.
“Es bienvenido que se busque la asociación entre el sector público y privado, pero para que esto se pueda detonar de una manera mucho más fuerte y mucho más sólida, tiene que venir con proyectos donde la participación del sector privado se permita hacer de una manera más pronunciada”, comentó Víctor Gómez, de Finamex.
Además, el mensaje del jefe de la Oficina de la Presidencia, Alfonso Romo, puede denotar que las "cero barreras a la inversión privada" deben subordinarse a los intereses del Estado, opinó el analista Ramsés Pech, socio fundador de Caraiva y Asociados.
"El mensaje del ingeniero Romo es: inversión publica tardará más tiempo y solo se hace en proyectos que beneficien a la imagen de la administración en turno", reflexionó.