En términos económicos, estas cifras representan un ahorro en consumo de 1,470 millones de pesos, considerando un costo promedio de la energía eléctrica de $1.4048 kilowatt hora (kWh) para los usuarios domésticos. En materia ambiental, el ahorro generado por el Horario de Verano durante 2015 evitó la emisión de 466 mil toneladas de bióxido de carbono equivalente, principal contaminante del efecto invernadero, y la quema de 1.33 millones de barriles de petróleo.
Este ahorro de energía sería suficiente para abastecer el consumo eléctrico de 602,000 casas habitación durante todo un año (con un consumo promedio 289 kWh al bimestre); o al consumo de energía de 9.18 millones de lámparas fluorescentes compactas autobalastradas (ahorradoras) prendidas las 24 horas durante un año.
En México se aplica el Horario de Verano desde 1996, con el objetivo de ahorrar energía eléctrica. Consiste en adelantar una hora los relojes para modificar encendido de la luz en los intervalos en los que se muestra una variación en el consumo de energía. Estas diferencias son mayores en la mañana de las 5:00 a las 8:00 horas, y en la tarde-noche de las 17:00 a las 24:00 horas. Al desplazarse la demanda debido a este cambio de horario, se deja de consumir energía eléctrica, disminuyendo la quema de combustibles.
Los ahorros acumulados por la aplicación del Horario de Verano desde su inicio en 1996 a la fecha permitieron dejar de consumir 22,853 GWh, suficientes para abastecer el consumo eléctrico de 13.15 millones de hogares durante todo un año (con un consumo promedio de 289 kWh bimestrales por hogar).
El Horario de Verano inicia el primer domingo de abril y concluye el último domingo de octubre, excepto en los 33 municipios de la franja fronteriza norte, donde se aplica desde el segundo domingo de marzo al primer domingo de noviembre. Los estados de Sonora y Quintana Roo no aplican el cambio de horario.