El titular de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), Guillermo Haro Bélchez, aclaró lo anterior al ofrecer un informe del avance del Programa de Vigilancia a Verificentros y Unidades e Verificación Vehicular.
En rueda de prensa, precisó que ni la Profepa ni la Secretaría de Medio Ambiente federal son responsables de emitir documento alguno para garantizar la correcta medición de esos lugares, pues eso corresponde a la Entidad Mexicana de Acreditación (EMA).
Recordó que en los 26 años anteriores la facultad para revisar, supervisar, inspeccionar y regular los verificentros correspondía a los gobiernos locales, y no fue sino hasta hace siete días que la Profepa tiene competencia para inspeccionar, revisar y sancionar a los que carezcan de los instrumentos adecuados.
Explicó que las clausuras impuestas hasta ahora se deben a la indebida calibración no acreditada por un laboratorio independiente de su sistema de pesas, mas no de los dinamómetros como se ha pretendido hacer creer o por falta de documentos que expide la propia autoridad que inspecciona.
Por ello, dijo, las clausuras impuestas en algunas de las líneas de los verificentros inspeccionados (ocho por ciento del total) no es por la calibración de dinamómetros sino por el sistema de pesas.
Aclaró que el cierre por mantenimiento de algunos verificentros ha sido por decisión personal de los titulares de las concesiones, en tanto que los gobiernos locales tienen la obligación de revisar el correcto funcionamiento para la apertura de todos los verificentros.
Además, tienen la obligación de hacerlo para, en su caso, si no hay causa fundada y motivada poder iniciar la revocación de las concesiones otorgadas.
Añadió que, por tanto, no existe impedimento legal alguno de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) o de la Profepa para que algunos establecimientos, principalmente en la Ciudad de México, hayan tomado la decisión de no abrir sus servicios al público.
Haro Bélchez reiteró el compromiso de la Profepa ante el inicio de la vigencia de la Norma Emergente de garantizar que los equipos ofrezcan lecturas confiables y evitar el otorgamiento indebido de hologramas como resultado de sistemas de medición no confiables.