La OMC presentó hoy en Ginebra su informe sobre "Comercio Mundial en 2011 y perspectivas para 2012", que apunta una marcada desaceleración del ritmo de exportaciones e importaciones -que crecieron a una tasa del 5 por ciento en 2010-, debido sobre todo a la incertidumbre reinante en la zona euro, que representa en torno a un 40 por ciento del total de los intercambios comerciales mundiales.
"La caída de la demanda en Europa está teniendo un impacto en los países en desarrollo, incluida China", manifestó el director general de la OMC en la presentación del informe, que destaca que siguen siendo las economías emergentes las que tiran del comercio mundial.
La crisis de deuda soberana, las tasas negativas de crecimiento del PIB y el alto nivel de desempleo en la Unión Europea (UE) representan las incertidumbres y los riesgos que planean sobre el comercio y solo se verán compensados por una eventual recuperación sólida de la economía de Estados Unidos, en opinión de Lamy.
El director de la OMC indicó que las economías de la UE y Estados Unidas "parecen estar divergiendo" y consideró que el desarrollo futuro dependerá de qué tenga más peso: los datos de producción y de empleo en Washington o "los resultados decepcionantes" en Bruselas.
"Lo que influya más en la demanda marcará el desarrollo de 2012", expuso Lamy, que señaló que Alemania es la excepción a la ralentización europea, sobre todo porque su fortaleza no está solo en el mercado intra-europeo, sino en el mercado internacional.
La constante en los últimos meses, indicó el máximo responsable de la OMC, es que "las economías en desarrollo siguen avanzando a un ritmo más rápido que las economías desarrolladas", especialmente Latinoamérica y Oriente Medio, que en 2011 incrementaron sus exportaciones de mercancías en torno al 35 por ciento.
Las economías de estos países se pudieron verse afectadas por eventos puntuales, como revueltas políticas y desastres naturales, pero "en condiciones normales estos países deberían volver a los niveles normales de crecimiento comercial", manifestó Lamy.
El informe de la Organización Mundial del Comercio pronostica para las economías desarrolladas un crecimiento del 2 por ciento para las exportaciones y del 1.9 por ciento para las importaciones, y para los países emergentes del 5.6 y del 6.2 por ciento, respectivamente.
Para 2013, la OMC prevé un crecimiento global del comercio del 5.6 por ciento: progresando las exportaciones un 4.1 por ciento en los países ricos y un 7.2 por ciento en los emergentes; y creciendo las importaciones un 3,9 % en los desarrollados y un 7.8 por ciento en las naciones en desarrollo.
Estos cálculos se realizan sobre la base de que la producción mundial crezca en 2012 un 2.1 por ciento a los tipos de cambio del mercado, en comparación con el 2.4 por ciento con el que terminó 2011.
De nuevo, Europa será clave en el cumplimiento de la previsión.
Si se produce una contracción económica más pronunciada que la prevista, si la crisis de deuda soberana en la zona euro se contagia a otras regiones del mundo o si hay un rápido incremento de los precios del petróleo habrá "consecuencias aún más negativas para el comercio mundial", se advierte en el informe de la OMC.
La "sorpresa positiva" del año 2011 fue Estados Unidos, que registró un "vigoroso" incremento de las exportaciones del 7.2 por ciento, por detrás de China, que registró una progresión del 9.3 por ciento, pero se quedó muy lejos del extraordinario crecimiento del 28.4 por ciento en 2010.
Una situación que la OMC explica por el efecto rebote del desastroso año 2009 y por "el terremoto y tsunami en Japón, que perturbaron las cadenas mundiales de suministros, lo que redundó en perjuicio de las exportaciones de países en desarrollo como China".
El informe también hace referencia a las consecuencias que la "primavera árabe" tuvo en las exportaciones africanas que se redujeron considerablemente, hasta un 8 por ciento en 2011.
Otra nota positiva fue que en 2011 el valor en dólares del comercio mundial de mercancías aumentó en un 19 5 hasta alcanzar los 18.2 billones de dólares, superando así el nivel máximo de 16.1 billones de dólares alcanzado en 2008.