El coche del religioso, de 57 años, se estrelló el pasado sábado contra una farola, accidente que provocó la intervención de agentes de policía.
Las pruebas de alcoholemia revelaron entonces que el obispo conducía con una tasa de alcohol de 2,6 gramos por litro de sangre.
"Nunca debería de haber conducido en ese estado", lamentó hoy en su comunicado el obispo auxiliar de Varsovia, en el que pidió perdón por su comportamiento.
Desde la policía se destaca que el jerarca católico actuó en todo momento con calma y respeto, sin perder en ningún momento los nervios a pesar del alcohol ingerido y de la situación.
Jarecki, quien se enfrenta a una pena que va desde la multa hasta la privación de dos años de libertad, deberá comparecer ante las autoridades a lo largo de esta semana.