El diputado José Salvador Rosas Quintanilla (PAN) planteó exhortar a las secretarías de Economía y de Hacienda y Crédito Público, que incentiven el mercado interno de tractocamiones, vehículos pesados y especiales, nuevos, con el objetivo de renovar el parque y cumplir con los estándares de calidad, apegados a las demandas de tratados comerciales como el T-MEC.
Además, sugirió fortalecer los controles de calidad en las importaciones de estos vehículos provenientes de Estados Unidos, pues muchas de estas unidades, al tener una antigüedad de casi dos décadas, están sujetas a estándares distintos a los actuales.
Hasta mediados de 2018, por cada cien tractocamiones que se vendían en el país, 38 eran usados y de importación. De estos, las adquisiciones de vehículos pesados y refacciones promedian una antigüedad de 17 años en unidades y piezas, siendo el mercado estadounidense el lugar predilecto para la obtención de las mercancías.
En un punto de acuerdo que analiza la Comisión de Economía, Comercio y Competitividad, Rosas Quintanilla señaló que esta situación denota un problema entre la producción, el control de las importaciones y el consumo interno.
“A pesar de tener números productivos positivos, la incapacidad de situar la producción local en el mercado de origen implica que los costos para ello son inaccesibles o poco convenientes para la población consumidora en México. La falta de incentivos y recursos para la adquisición de unidades nuevas ha orillado a los consumidores a buscar mejores opciones. Por ello, la importación ha ido en aumento”, añadió.
Tales vehículos, dijo, operan con regularidad en los caminos nacionales, provocando daños al ambiente y mayores consumos de energéticos y, por lo tanto, altos costos para afrontar la coyuntura ambiental y la edificación de un mercado local.
Indicó que este tipo de unidades son relevantes, porque el transporte por camiones, tractocamiones y unidades especiales representa el 60 por ciento de las importaciones totales del país.
Con la reconfiguración que presentarán las cadenas productivas con la firma del T-MEC, tener unidades de origen y uso nacional o de importación nuevos, se empalma con la pretensión de establecer una red carretera de alta calidad para conformar un sistema de transporte comercial competitivo y productivo.
El diputado relató que, dentro del sector productivo, la industria automotriz se ubica como una de las primeras dos (en conjunto con la alimentaria) en el sector de exportaciones mexicanas. En el primer cuatrimestre de 2019, el envío al extranjero de vehículos pesados producidos en México creció 32.83 por ciento en contraste con cifras del año anterior.
El caso específico de los autobuses, camiones de carga y las unidades especiales, es llamativo. Para 2017, México logró aumentar 7.6 por ciento sus exportaciones globales de vehículos pesados. Tan sólo con Estados Unidos, socios regionales, México registra superávits de exportaciones por 29,172 millones de dólares en camiones, autobuses y vehículos especiales, y de 26,207 millones de dólares en autopartes.
La relación comercial en este sector con Estados Unidos ha sido bastante benéfica para el país. De 2008 a 2017, la venta de camiones, autobuses y vehículos estadounidenses se incrementaron 261.7 por ciento, llegando a registrar beneficios por 30,443 millones de dólares.
Esto, argumentó, se ve reflejado en la posición que ocupa el país vecino respecto a estas exportaciones, porque se encuentra situado en el primer lugar en la importación de dichos bienes, donde recibe un 90 por ciento de la producción que se exporta desde nuestra nación.