El estudio, del que da cuenta hoy el diario Haaretz, indica que la principales pérdidas se producen en torno al gran centro urbano e industrial de Tel Aviv, que acumula el 68 por ciento de las pérdidas.
Con una población de sólo 350,000 habitantes en su término municipal, Tel Aviv es el corazón financiero y comercial de Israel, y en un radio de 20 kilómetros a su alrededor se concentran más de un millón de habitantes que todas las mañanas acuden a trabajar a la urbe.
Más de 750,000 personas entran a diario en Tel Aviv desde zonas periféricas, generando atascos kilométricos que, según el Ministerio, podrían haberse resuelto si hace diez años se hubieran tomado las medidas pertinentes.
Dentro de cuatro años, avisa el informe, los conductores israelíes que se dirijan a Tel Aviv desde las ciudades y pueblos más al sur se desplazarán a una media de 7 kilómetros por hora.
En 2007, un estudio de la ONU advertía de que, con 2.5 millones de vehículos, las carreteras de Israel eran las más abarrotadas de todas las economías occidentales y que sólo un 2 por ciento de ellas servían para el transporte público.
El problema radica, según el Haaretz, en la falta de una respuesta adecuada por parte de las autoridades para alentar el transporte público, ya que ese parque automotor israelí es relativamente bajo.
En Israel circulan 326 vehículos por cada 1.000 habitantes, en comparación con los entre 400 y 600 de los países europeos y los 800 en Estados Unidos.