Desde el balcón central del Palacio Nacional y ante más de 80,000 personas reunidas en la Plaza central, el Zócalo, López Obrador cumplió con el tradicional grito con 20 vivas y marcado toque personal de austeridad.
Al balcón presidencial, López Obrador salió solo con la banda presidencial -su esposa se quedó dentro del salón- atravesada en su pecho, un distintivo que solo utiliza en este tipo de ceremonias, así como la presentación de las cartas credenciales de embajadores de otros países.
Al primer ¡viva! a la independencia le siguieron los nombres de los principales héroes independentistas como Miguel Hidalgo, José María Morelos, Josefa Ortiz de Domínguez, Ignacio Allende y Leona Vicario.
El toque personal lo puso el presidente López Obrador en el ¡vivan los héroes anónimos! ¡viva el heroico pueblo de México! y el ¡vivan las comunidades indígenas!, que han sido mencionadas por primera vez en este tipo de celebraciones.
Arengas a la libertad, la democracia, la soberanía la fraternidad universal, la paz, la grandeza cultural de México y finalmente tres veces el ¡viva México!.
La multitud coreó las arengas de López Obrador y además le dedicó al presidente coros de ¡Andrés no estás solo" y ¡Es un honor estar con Obrador! frases que lo han acompañado en su trayectoria política. Al final le corearon un "No estás solo".
La de esta noche es la primera celebración de inicio de la Independencia de México que López Obrador encabeza como presidente de México, cargo al que aspiró en tres ocasiones, en 2006, en 2012 y en 2018.
El presidente le otorga a la Independencia de México de España, un proceso que se prolongó de 1810 a 1821, una gran importancia como la primera gran transformación de la vida pública del país; la suya la presenta como la cuarta, tras los períodos de la Reforma y de la Revolución.
A la presencia de López Obrador en el balcón presidencial le antecedió un prolongado festejo cultural de siete horas en el que participaron grupos de bailarines y danzantes, músicos de los 32 estados del país, desde el primero, que fue Quintana Roo, hasta Guanajuato, que cerró la noche.
La gente, unas 80,000 personas en el Zócalo, comenzó a llegar desde pasado el mediodía sin ninguna limitación ya que en esta ocasión no se colocaron filtros de seguridad en los que antaño eran revisadas antes de su acceso.
En el Zócalo y en los alrededores hubo una marcada vigilancia general de la Guardia Nacional y de la Marina, y en sus alrededores se instalaron puestos de comidas y bebidas típicas del país.
En los puestos se ofertaron desde los sopes y tlacoyos, hasta los elotes de maíz, atoles, tamales, en una auténtica romería que fue replicada en las plazas de todas los municipios del país.
Los asistentes mostraban su orgullo nacional con sombreros y bigotes, adornos de flores para la cabeza, vestidos con bordados coloridos y con las famosas máscaras de luchadores, que son tan populares en México.
El gobierno mexicano transmitió por televisión programas de contenido histórico relacionadas con la Independencia a través del Sistema de Radio y Televisión del Estado Mexicano, que se encargó de coordinar la cadena nacional.
Esta ceremonia representa también la primera ocasión en décadas en que el Estado mexicano organiza, prepara y completa una cadena nacional ya que en el pasado era normal que fuera entregada en concesión a la televisión privada.
Los festejos de la independencia continuarán este lunes 16 de septiembre con el tradicional desfile militar, al que se sumará la Guardia Nacional, que será encabezado por el presidente López Obrador.