La canciller alemana, Angela Merkel, el presidente francés, François Hollande, el primer ministro británico, David Cameron, y el primer ministro italiano, Mario Monti, viajan a la residencia de descanso presidencial estadounidense en Camp David, en las afueras de Washington, con una defensa bien preparada aunque con matices sobre el camino a tomar para salir de la crisis.
Estados Unidos celebra la "apertura del debate" sobre el crecimiento que está teniendo lugar en Europa, pues lleva presionando a la UE desde el inicio de la crisis de la deuda para que estimule la economía en lugar de estrangularla con ajustes.
El presidente estadounidense, Barack Obama, puede tener en Hollande, quien presiona a favor de un pacto por el crecimiento en Europa, por fin el socio que preste oídos a sus recomendaciones.
También tiene un aliado en Cameron, quien hoy mismo consideró que la zona euro debe recuperarse o prepararse para la posibilidad de que se produzca una ruptura de la unión monetaria.
El mandatario italiano reconoció hoy que la preocupación de Estados Unidos por la crisis financiera en Europa ha aumentado "notablemente" por la "alteración" de la situación de Grecia, que, incapaz de formar gobierno, celebrará nuevas elecciones el 17 de junio que se convertirán en un plebiscito sobre su permanencia en el euro.
Todos los líderes europeos coinciden en la necesidad de impulsar el crecimiento en la UE, pero Merkel, y los presidentes de la Comisión Europea y del Consejo Europeo, José Manuel Durao Barroso y Herman Van Rompuy, también insisten en cada momento en que la consolidación y las reformas estructurales son imprescindibles y que no se puede reactivar las economías con más endeudamiento.
"Esperamos de los demás líderes que expresen todas sus preocupaciones sobre los últimos acontecimiento en la zona euro", afirmó hoy un alto cargo de la UE.
No obstante, la delegación de la UE y los líderes europeos pondrán la crisis en el "contexto político y económico correcto", según las fuentes, dado que defenderán que las últimas previsiones económicas de la Comisión Europea "no apuntan a grandes peligros.
El PIB de la eurozona se contraerá un 0.3 por ciento en 2012, pero avanzará un 1 por ciento en 2013.
También se referirán a la "agenda por el crecimiento" que preparan para la cena informal de líderes de la UE el próximo día 23 y que incluye, entre otros elementos, los "bonos proyecto" para financiar infraestructuras clave y el aumento del capital del Banco Europeo de Inversiones (BEI) en al menos 10,000 millones de euros.
Se prevé además que Obama aborde el problema del alza de los precios del petróleo y que habrá una promesa para garantizar un suministro asequible de la energía y un esfuerzo para reducir los contaminantes climáticos de corta duración.
El G8 analizará además los próximos pasos a dar en Siria para apoyar mejor la Misión de Supervisión de Naciones Unidas (UNSMIS) y el plan de paz auspiciado por el enviado especial de la ONU y la Liga Árabe, Kofi Annan, y preparará la segunda ronda de negociaciones con Irán prevista para el día 23 en Bagdad.
Se espera que Japón aborde los últimos acontecimientos en Corea del Norte y que la agenda de reformas en Birmania y las tensiones entre Sudán y Sudán del Sur formen parte de la agenda del G8.
Habrá además un llamado por parte de Estados Unidos para que los demás socios no abandonen tras la retirada de las tropas de Afganistán en 2014 las ayudas económicas al país centroasiático.
El G8 pretende avanzar igualmente en el "Partenariado de Deavuille" lanzado el año pasado para apoyar el proceso de reformas en los países árabes y que en esta ocasión se centrará en la gobernanza, los acuerdos comerciales y la recuperación de activos.
La llamada "nueva alianza para la seguridad alimentara y la nutrición" impulsada por Obama buscará por su parte más inversiones del sector privado en la agricultura en seis países africanos: Burkina Faso, Etiopía, Gana, Costa de Marfil, Tanzania y Mozambique.
El mandatario ha invitado para ello a cuatro líderes africanos para dar relieve a su propuesta.