El nuevo aparato será instalado en coches patrulla, todoterrenos y otros vehículos oficiales al servicio de los agentes, con el objetivo de tener un registro preciso de cualquier infracción que cometan cuando no estén respondiendo a una alerta.
"El sistema detectará frenazos de emergencia, aceleraciones, desviaciones imprevistas de un carril a otro y excesos de velocidad", dijeron fuentes de la Policía citadas por el diario.
Con la medida se tratará de evitar también el abuso de los privilegios policiales en circunstancias que no estén justificadas, como es el caso de circular por arcenes en caso de embotellamiento.
Conocido en Israel como "caja verde" -para diferenciarla de la "negra" de los aviones-, el dispositivo busca además un ahorro económico en el consumo de gasolina generado por el uso privado que muchas veces se hace de las patrullas y evitar el desgaste innecesario de piezas por movimientos bruscos injustificados desde el punto de vista de las necesidades de servicio.
La violación de las normas de tráfico será transmitida por el dispositivo a un centro de control, que a su vez enviará una notificación por correo electrónico o SMS al jefe de la unidad en la que presta servicio el conductor.