Según datos de la Asociación del Automóvil de Portugal (ACAP), durante el último ejercicio se comercializaron un total de 223,491 vehículos, lo que convierte 2010 en el mejor año en ventas desde 2002, cuando se compraron 228,574 unidades.
Especialmente significativo fue el aumento registrado en diciembre, cuando la comercialización de vehículos ligeros se disparó un 62 por ciento.
Los datos contrastan con el difícil momento por el que pasó la economía lusa en 2010 -con rumores sobre un posible rescate de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional incluidos-, lo que obligó al gobierno a aprobar fuertes medidas de ajuste con el propósito de rebajar el alto déficit público.
Este crecimiento se dio igualmente en el segmento de alta gama, y marcas como Mercedes (+31 por ciento) o Porsche (+88 por ciento) registraron fuertes aumentos, aunque Renault se mantuvo como líder en el capítulo de ventas con una subida del 40 por ciento respecto al año anterior.
Precisamente, la comercialización de vehículos ligeros durante 2009 registró una caída del 25 por ciento respecto al ejercicio anterior, el peor resultado de la década.
Entre las medidas de ajuste aprobadas en 2010 figuran el aumento generalizado de los impuestos para 2011 -entre ellos el IVA, el Impuesto Sobre Vehículos y el Impuesto Único de Circulación-, así como la extinción del Programa de Incentivos para la Retirada de Vehículos, que sólo se mantiene para quienes adquieran un vehículo eléctrico.
Según apuntó ACAP, el "incremento significativo de la carga fiscal en este año" y la desaparición de las ayudas públicas para renovar el parque automovilístico luso provocaron "una anticipación de las compras".
Fuentes de la asociación advirtieron, además, de que la fuerte subida de 2010 y los cambios legislativos introducidos por el Ejecutivo luso en el mercado automovilístico hacen prever un pronunciado retroceso para 2011.