Asimismo, indicó que continuará con las tasas de referencia de la mayor economía del mundo en su mínimo histórico de entre 0 y 0.25 por ciento, según declaró tras la reunión de su Comité Federal del Mercado Abierto.
Este valor mínimo es mantenido desde fines de 2008, cuando fue aplicado en medio de la crisis financiera. El banco central reafirmó que considera razonable que la tasa esté prácticamente en cero mientras el índice de desempleo sea superior al 6.5 por ciento. Actualmente la tasa está en el 7.2 por ciento.
La Fed "decidió esperar más pruebas de que los avances son sostenidos antes de ajustar el ritmo de sus compras", por lo que seguirá comprando bonos del Tesoro de largo plazo y títulos respaldados en hipotecas.
De todas formas, la Reserva Federal no pudo contar con importantes datos para hacer su evaluación, ya que las estadísticas sobre el desempleo se aplazaron debido a la crisis presupuestaria y la paralización durante 16 días de la administración estatal estadounidense. La publicación de la nueva estimación del Producto Interno Bruto (PIB) fue postergada además por dos semanas.
La disminución de la tasa de inflación tampoco ayudó a que la Fed decidiera abandonar progresivamente su política de estímulo monetario. A nivel interanual el índice de precios al consumo se ubicó en el 1.2 por ciento en septiembre, según el Departamento de Trabajo. El mes anterior fue del 1.5 por ciento y en julio del dos por ciento.
"En suma, estas acciones deberían ejercer presión a la baja sobre las tasas de interés de largo plazo, apoyar a los mercados hipotecarios y ayudar a facilitar las condiciones financieras, que por su parte deberían promover una recuperación económica más fuerte y ayudar a garantizar que la inflación, con el tiempo, se ubique en el (objetivo anual de largo plazo de la Fed del) dos por ciento", indicó en un comunicado.
Se estima que el jefe de la Fed, Ben Bernanke, dejará la decisión sobre modificar la política de estímulo para su sucesora, Janet Yellen. La funcionaria de 67 años, hasta ahora vicejefa del banco central, asumirá el cargo a comienzos de 2014.
El abandono de la política de tasas de interés cercanas a cero es considerado una tarea difícil. El riesgo podría ser que los mercados financieros y la economía mundial reaccionen con nerviosismo a la medida y sufra un golpe la coyuntura.