G8 y OTAN analizan en Estados Unidos los problemas mundiales más acuciantes

G8 y OTAN analizan en Estados Unidos los problemas mundiales más acuciantes

Desde la crisis europea que amenaza con volver a arrastrar de nuevo al resto del mundo a la recesión, hasta el futuro de Afganistán y sus implicaciones globales en materia de seguridad. Pocos asuntos de acuciante relevancia quedarán sin tratar los próximos días en Estados Unidos, cuyo presidente, Barack Obama, será anfitrión de las sucesivas cumbres del G8 y de la OTAN.

La residencia presidencial de Camp David, en las afueras de Washington, y la ciudad adoptiva de Obama, Chicago, serán sede respectivamente de un maratoniano fin de semana prolongado en el que los líderes mundiales hablarán cara a cara y sin apenas pausas de los retos del planeta.

La carrera de fondo política comenzará el viernes en Camp David con el encuentro, hasta el sábado, de los países más ricos del mundo pertenecientes al exclusivo club del G8.

Principal tema a debatir para, en la medida de lo posible, buscar soluciones hasta ahora elusivas: la continuada crisis europea.

No estarán allí presentes algunos de los países que más preocupación causan, como Grecia o España, que sólo participarán en el segundo encuentro, el de la OTAN, a partir del domingo en Chicago.

Las miradas se centrarán por tanto en buena parte en los líderes de Alemania, la canciller Angela Merkel, y el flamante presidente francés, François Hollande, para quien Camp David supondrá su debut en la escena internacional.

Merkel llega a Estadados Unidos más cuestionada que nunca en Europa por su política de férrea austeridad en el continente, estrategia para la cual tuvo un fuerte aliado en el conservador Nicolas Sarkozy hasta la derrota de éste en las urnas ante el socialista Hollande.

Mas el nuevo presidente galo, con quien la canciller pudo verse en privado en Berlín esta misma semana de la Cumbre del G8, se ha convertido en el símbolo de quienes cuestionan en Europa, y cada vez son más, la política de recortes sin fin preconizada por la jefa de gobierno germana.

A ello se une la derrota "amarga y dolorosa", en palabras de la propia Merkel, de su partido, la Unión Cristiano Demócrata (CDU), este fin de semana en el importante estado de Renania del Norte-Westfalia, histórica debacle electoral que también está siendo interpretada en clave del hastío interno germano con la tijera.

La ausencia en Camp David por otra parte de un viejo conocido, el -otra vez- flamante presidente ruso Vladimir Putin, pone en duda que en el encuentro de los poderosos del mundo y en la subsiguiente Cumbre de la OTAN se puedan tratar con éxito otros problemas también en lo más alto de la agenda de los mandatarios, como la cuestión de qué hacer con Siria.

Putin -quien mantiene una distanciada relación con Estados Unidos- declinó casi a última hora su presencia en ambas cumbres aduciendo la necesidad de formar gobierno, un argumento que no ha acabado de convencer a muchos, sobre todo en vista de la activa presencia en Estados Unidos de Hollande, que al contrario que el ruso sí estrena totalmente Ejecutivo y sin embargo ha encontrado tiempo para no faltar.

Pese a todo, la de Chicago será una cita clave para la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Más que nada, será, con la participación de unos 60 países y organizaciones, la más grande de la historia de la Alianza.

Y un encuentro en el que también la economía -con los cada vez mayores recortes en todo, también en defensa- tendrá un papel relevante.

"Sí, la crisis económica ahora domina los titulares", reconoció recientemente el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, en referencia a cómo podrían afectar los recortes nacionales a la estrategia atlántica.

Por ello quizás, se vio a obligado a recordar acto seguido que la OTAN "sigue siendo una fuente esencial de estabilidad en un mundo impredecible".

En el encuentro de Chicago el protagonista absoluto será sin embargo Afganistán y la estrategia internacional una vez concluya el papel de combate de la OTAN en el país, en 2014.

Ahí, una vez más, Hollande podría dar alguna sorpresa, ya que durante su campaña dijo que retiraría las tropas galas del país este mismo año, si bien ahora parece estar matizando sus palabras.

Con tanto tema relevante y tanto posible disenso en la recámara, sobre el anfitrión, Obama, recaerá un importante papel de mediador. Un rol que será medido con lupa en momentos en que se encuentra inmerso ya en plena campaña electoral, con la economía como asunto clave.

Camp David y Chicago le servirán además para formalizar las relaciones con actores nuevos como Hollande, con quien celebrará además una bilateral previa, así como con el primer ministro italiano, Mario Monti, o el jefe del gobierno español, Mariano Rajoy.

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