En unas declaraciones que publica hoy el periódico británico The Times, Hayward dijo que no siente presiones inmediatas para dimitir, pero reconoció que su futuro depende de la forma en que la compañía petrolera resuelve la crisis por la fuga de crudo.
"Creo que seré juzgado por la respuesta (para resolver el problema). No siento que mi trabajo esté en peligro pero por supuesto eso puede cambiar", afirmó.
Hayward, que está en Estados Unidos para supervisar las operaciones para contener la fuga, admitió que tiene dificultades para dormir y que ha recibido correspondencia negativa.
"Me quedaré aquí hasta que lo resolvamos", puntualizó.
El vertido por la explosión en la plataforma Deepwater Horizon de BP amenaza con convertirse en una catástrofe medioambiental.
Mientras, siguen fluyendo al mar al menos 800 mil litros de crudo a diario, en un derrame que comenzó el 22 de abril, dos días después de la explosión y hundimiento de la plataforma Deepwater Horizon.
La empresa informó ayer de que los costes relacionados con la limpieza y contención del derrame han alcanzado ya los 450 millones de dólares, frente a los 350 millones anunciados el lunes.