Correa indicó que, sin llegar a ser una crisis, la pérdida de ingresos se acentuó porque el petróleo representa el 50 por ciento de las exportaciones del país.
Sin embargo, consideró que "lo más duro ha pasado" y que por las medidas adoptadas "no se ha sentido el entorno difícil".
Entre esas decisiones están la aplicación de salvaguardias para el 32 por ciento de sus importaciones, rebajas en los sueldos de altos funcionarios y un recorte presupuestario de 1,420 millones de dólares -en un presupuesto de casi 35,000 millones de dólares-.
En un diálogo con corresponsales extranjeros, el mandatario aseguró que su gobierno espera una recuperación económica para el segundo semestre.
De todos modos, manifestó que el gobierno está preparado para una baja a 20 dólares el barril. El barril de crudo cayó este año a alrededor de 50 dólares, después de que el año pasado superara los 100 dólares.
Correa señaló que su gobierno continuará con la política de dar alternativas a la economía extractivista y aspira a cambiar la matriz energética en base a fuerza hidroeléctrica.
El presidente dijo que quiere convertir a Ecuadior en un país exportador de servicios en base al fomento del talento humano.
Ecuador produjo el año pasado un promedio diario de 360,000 barriles de petróleo y para este año tiene la misma meta. La nación sudamericana es miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).