En caso de que no resulten suficientes las medidas adoptadas hasta ahora, el guardián del euro desplegará todo su potencial, recalcó el italiano en un congreso bancario celebrado en Frankfurt. "Podríamos adecuar el volumen, el ritmo y la composición de las adquisiciones".
A través de la compra de cédulas hipotecarias (covered bonds) y valores respaldados por activos (ABS, por sus siglas en inglés), el BCE intenta aligerar los balances de los bancos para que éstos puedan concentrarse en la concesión de créditos a familias y empresas y espoleen la ansiada recuperación económica.
Entre las otras herramientas con las que el banco podría actuar para impulsar la coyuntura del euro se contaría la compra de títulos de empresas o una nueva inyección de liquidez para que los bancos compren deuda pública a gran escala (el llamado "quantitative easing" o QE).
"Vamos a hacer todo lo necesario para elevar lo más rápido posible la inflación y las expectativas de inflación, tal y como lo exige nuestro mandato de preservar la estabilidad de precios", insistió Draghi.
La inflación en la zona euro es en la actualidad de 0.4 por ciento, muy por debajo del objetivo cercano al 2.0 por ciento en el que se considera garantizada la estabilidad de precios. Las bajas tasas de inflación constituyen un freno para la coyuntura debido a que las empresas y los particulares posponen inversiones y gastos a la espera de precios más bajos.
El presidente del Bundesbank alemán, Jens Weidmann, advirtió por su parte del peligro de continuar apostando por la expansión monetaria. "Para estimular el aumento del crédito se necesita algo más que condiciones favorables de refinanciamiento".
Según Weidmann, la magra concesión de créditos también se debe a la debilidad de la coyuntura a la que se le suma la presión a los bancos para que aumenten las provisiones.
Alemania ve con ojos críticos el nuevo papel del BCE de supervisor bancario único y aboga porque se separen de manera más clara las funciones de política monetaria y supervisión bancaria. "Necesitamos con urgencia enmendar los tratados, por lo menos los de la eurozona", demandó de forma reiterada el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble.