En un documento de 39 páginas, los abogados de la petrolera solicitan al juez Lewis Kaplan que ordene conservar pruebas "potencialmente relevantes" y comunicaciones entre el personal que realizó "Crude", dirigido por Joe Berlinger, y representantes de los afectados por la contaminación.
En el memorando entregado al juzgado neoyorquino a últimas horas del martes, la compañía también pide que le faciliten más información sobre el material audiovisual retenido, ya que considera que hasta ahora sólo ha podido revisar una pequeña parte del material recibido en virtud de decisiones judiciales anteriores.
Señaló, sin embargo, que "ya está claro que (ese material) contiene pruebas concluyentes de que abogados de los demandantes y otros individuos han participado de forma deliberada en una iniciativa fraudulenta para corromper el proceso legal contra Chevron pendiente en Ecuador".
La empresa añade que el objetivo de ese plan era que Richard Cabrera, el perito "supuestamente independiente" que evaluó los daños que denuncian los demandantes, realizara una recomendación "fraudulenta y multimillonaria" con la que "chantajear" a Chevron u obtener "una decisión fraudulenta del tribunal ecuatoriano".
El informe pericial de Cabrera recomendó que la compañía pagara 27,000 millones de dólares en daños por la contaminación petrolera en Ecuador.
La petrolera señala así que entre el material audiovisual revisado se incluye el relativo a una reunión mantenida el 3 de marzo de 2007 entre Cabrera, los abogados en Estados Unidos y Ecuador de los demandantes, Steven Donziger y Pablo Fajardo, varios asesores medioambientales y representantes del Frente de Defensa de la Amazonía y Selva Viva, entre otros individuos.
Precisa que el encuentro tuvo lugar dos semanas antes de que un tribunal de Lago Agrio designara a Cabrera como perito para realizar un informe de daños medioambientales atribuidos a la compañía y agrega que los participantes en aquella reunión "ya conocían" que el tribunal iba a realizar ese nombramiento.
La compañía señala que si bien el cámara trata de evitar grabar a Cabrera, se le puede ver en los márgenes de la pantalla.
La empresa estadounidense explica que, "a la vista de la gravedad de las fechorías que se observan en los limitados materiales revisados hasta ahora", solicita al juez que dicte una orden inmediata de conservación de las pruebas, lo que permitirá además tomar medidas apropiadas en caso de que alguna desaparezca.
El documental relata la historia de unos 3,000 indígenas y colonos de la Amazonia ecuatoriana que demandaron hace más de 15 años a Texaco, adquirida por Chevron en 2000, por el supuesto daño ambiental causado en esa región durante el tiempo en que la petrolera extrajo crudo, entre 1972 y 1992, junto con la firma estatal Petroecuador.
Los demandantes, amparados en un análisis pericial que es rechazado por la petrolera, exigen el pago de una indemnización de 27,400 millones de dólares para limpiar la contaminación en esa parte de la Amazonia y reparar el daño causado a la población.