BP reanuda la inyección de químicos para disolver el crudo en aguas del Golfo México

BP reanuda la inyección de químicos para disolver el crudo en aguas del Golfo México

La empresa British Petroleum (BP) reanudó hoy la inyección de químicos para disolver el crudo a medida que fluye a las aguas del Golfo de México, a mil 600 metros de profundidad, en un nuevo intento para contener el daño del derrame.

Los productos, que fraccionan el crudo en pequeñas partículas que posteriormente destruyen las bacterias marinas, se aplican directamente sobre la principal fuga de crudo a través de un robot operado a control remoto.

Además, el director general de operaciones de la compañía, Doug Suttles, dijo en rueda de prensa que BP planea instalar esta misma semana una nueva caja contenedora sobre la principal fuente del derrame tras el intento fallido con una estructura mayor.

La compañía petrolífera, operadora de la plataforma que se hundió el 22 de abril en el Golfo de México, reconoció el sábado que la estructura de 100 toneladas con la que buscaba recolectar el petróleo había fracasado debido a la formación de cristales de gas en el interior.

Suttles dijo que la nueva caja se ajustará mejor sobre la fuga lo que en principio dificultaría la entrada del agua gélida del fondo del mar, con lo que se evitaría la formación de cristales.

Para extremar las precauciones, BP planea, además, inyectar metanol y agua caliente hacia el interior de la nueva caja, lo que en teoría serviría también para impedir la formación de cristales que taponen la salida del crudo, que se bombearía a un barco en la superficie.

Entre las opciones que se barajan para contener el derrame figura también la de bloquear el pozo con una inyección de plástico y otros materiales, así como la de instalar una nueva válvula de sellado, que no se activó como debía cuando se produjo la explosión.

Suttles informó que la caja de cien toneladas permanecerá de momento varada sin utilizar en el fondo marino.

Por lo demás, la incapacidad de la multinacional para detener la salida de crudo ha hecho que legisladores y ecologistas cuestionen sus planes de emergencia.

La compañía dijo el año pasado a los reguladores que el petróleo llegaría sólo a una pequeña parte de la costa del estado de Luisiana de producirse un vertido mucho mayor que el actual.

Pero la Guardia Costera confirmó este fin de semana que se encontraron bolas de alquitrán en Alabama, mucho más lejos de lo previsto en los escenarios hipotéticos diseñados por BP.

Además, la multinacional indicó a mediados de 2009 que tenía suficientes químicos disolventes, barreras flotantes y equipo para eliminar el crudo de la superficie del agua en el caso de un derrame mucho mayor que el que ahora no puede contener.

El secretario del Interior de Estados Unidos, Ken Salazar, advirtió, en declaraciones de las que se hace eco hoy el diario The Wall Street Journal, que sus "observaciones preliminares" lo llevan a concluir que BP y sus socios cometieron "varios grandes errores" antes y después del desastre.

Para Jill Mastrotaro, experta en temas medioambientales del grupo ecologista Sierra Club, que ayuda desde Nueva Orleans en las tareas para minimizar el impacto del vertido, lo que está ocurriendo demuestra que "BP no tenía un plan de emergencia".

Similar descontento expresó Laurie Macdonald, directora de la organización Defensores de la Vida Salvaje de Florida, quien dijo a Efe que lo ocurrido recuerda el "enorme riesgo" de las exploraciones de petróleo en aguas profundas y subraya la necesidad de apostar por las energías limpias y renovables.

BP sostiene que afronta una situación sin precedentes y que nunca antes había fallado el sistema de sellado de un pozo a tanta profundidad.

Se espera que los planes de la empresa para lidiar con una situación crítica como la actual sean objeto mañana de un detallado escrutinio en una audiencia en el Comité de Energía y Recursos Naturales del Senado.

Entre los asistentes estarán Lamar McKay, presidente de la filial estadounidense de BP, así como Steven Newman, presidente de Transocean, propietaria de la plataforma operada por BP que explotó el 20 de abril y se hundió dos días después.

BP cifró hoy el costo de las tareas de limpieza en el Golfo de México en 350 millones de dólares.

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