El presidente boliviano prevé aprobar en breve un decreto que, además de sancionar a los transportistas, penalizará a los policías que no cumplan con la tarea de detectar a chóferes borrachos, novatos o somnolientos y a autobuses en mal estado, dos circunstancias penosamente comunes en las carreteras del país.
Las decisión de castigos drásticos llega tras un sangriento mes de enero vivido en las carreteras de Bolivia, donde han muerto 80 personas en una sucesión de accidentes de tráfico causados por conductores ebrios e inexpertos.
Lo ocurrido en enero sólo confirma las estadísticas oficiales que muestran a Bolivia como un país con alto índice de accidentes de tráfico, también influidos por el mal estado de sus rutas, muchas de ellas sin asfaltar, angostas, sinuosas y construidas al borde de peligrosos precipicios.
El viceministro de Transporte, Jose Kinn, confirmó hoy que las medidas consistirán en retirar de por vida la licencia de conducir a los chóferes que estén ebrios, suspender temporalmente el servicio de las empresas y sancionar a los dueños de los autobuses.
Y es que el alcohol y la inexperiencia son la causa de muchos de estos accidentes, como el ocurrido en enero en Cochabamba (centro) donde murieron cinco personas y 43 resultaron heridas: viajaban en un autobús conducido por un joven de 24 años que estaba borracho y que no contaba con el permiso de circulación correspondiente.
En otros casos se conjugan la imprudencia de los conductores con la peligrosidad de la carretera.
Las autoridades bolivianas también revisarán si los permisos de conducir de los chóferes son reales o falsificados, algo que, según reconocen las mismas autoridades policiales, es habitual en el caso de las cédulas de identidad.
El Consejo de Ministros de Morales analizará este miércoles el decreto, que ha sido aceptado por las directivas de confederaciones de transportistas pero que suscita recelos en algunos sindicatos.
Los sindicatos del transporte son conocidos en Bolivia por su gran poder de movilización, capaz de paralizar o bloquear todo el servicio en las ciudades, y por ser un sector al que difícilmente se le imponen controles, lo que abre una interrogante sobre el efecto práctico de las medidas que planea el Ejecutivo.
Según Kinn, otra línea de acción para reducir el número de accidentes consistirá en reforzar los controles en la policía y las autoridades reguladoras del sector para que mejoren su trabajo.
Datos proporcionados a Efe por el Instituto Nacional de Estadística (INE) establecen que en 2008 hubo 39 mil 814 accidentes de tráfico, que dejaron un saldo de 13 mil 309 heridos y mil 248 muertos, cifras que duplican a las de principio de la década.
Desde 2001 es obligatorio que todos los conductores contraten un seguro para cubrir indemnizaciones por causar muertes o heridas en las carreteras del país, de las que se han beneficiado 115 mil 964 personas, por un valor de 62 millones de dólares, hasta septiembre de 2009, según las estadísticas del Seguro Obligatorio Contra Accidentes de Tránsito (SOAT).